Más Allá de la Traición: Su Ascenso
ervó desde la ventana de arriba cómo cargaba las maletas de diseñador de Katerin
para joyas dejada intencionalmente en la barandilla del porche. U
noche, con aspecto c
-anunció-.
esentó regalos que supuestamente había estado acumulando durante tres años: un collar de diamantes, un reloj de dise
a cel
ijo-. Hay una fiesta esta noche. Te quiero en mi brazo. M
go, pero aceptó. Era parte del juego
ionó. Alejandro era encantador, atento, el esposo perfecto haciendo un gran regreso con s
ibró. Miró la pantalla
su voz tensa de molestia-. Tengo que ir. Vol
a y desapareció e
de Alejandro se desvaneció, la atmósfera cambió. Los susurros
sin molestarse en bajar la v
un tecnicismo -agregó otra-.
cia la barra. Pero la siguieron, una ma
-siseó
voz firme, pero un temblor del v
nándola. -Te saliste con la tuya,
en el patio de la prisión pasó por su mente: el olor a sudor y miedo, el golpe sordo de
hombre-. Encogiéndose
el frente de su vestido, goteando en el suelo. La
se abalanzó sobre ell
uerza de la naturaleza, su rostro una másca
ja, atrayéndola a su lado. Miró a los atón
palabra tendrá que vérselas conmig
u poder y riqueza. Alejandro Cárdenas
dependencia de Alondra aflorando. Por un s
nueva voz cor
ste que volver
eri
un impresionante vestido rojo, su mano descansando
lando con un dolor fabricado-. Dijiste que solo
eló. Todo su cuer
El rápido regreso. Todo era otra mentira. No había enviado a Katerina lejos. Simplemente
ojos fijos en los de Alejandro. -
de él. El tirón de su deber hacia la mujer en su
Alondra invadiéndola, el ma
Dejó escapar un suave sollo
o, Alejandro soltó a
t, e
de champán derramado, los ojos de toda la fiesta
onde ella era el peón. Ese destello de esperanza,
a en alto, y tomó un taxi de reg
ió a casa
l techo, la última esperanza frágil
cuchó abrirse la puerta p
un bolso de diseñador, y le dedicó a
-dijo Katerina, su voz goteando fa
tre. -El bebé y y