La Viuda y Mi Marido
ación y saqué u
de verdad
Los vestidos caros, los zapatos de d
valor monetario, sino por su valor sentimental. Especia
é a guardar todo en un
mientras las guar
ra de es
do el día de su boda. La pieza má
ío recorrer
o, busqué en los cajo
a
a, además de mí y las empleadas de limpieza, ha
Enrique y Silvia estaban en
de esmeraldas?" , le preg
iró, co
de qué h
fijaron en la m
rincipio, porque intentó ocultarla rápi
esto fue s
rqué a
tate
as, Camila? Es
que llevas pu
nterpuso ent
tomaría nada tuyo. Esa puls
ción en el broche. Las inicial
gí a S
una sonrisa t
un recuerdo de mi
importará que l
nrique me agarró del
¡Deja en pa
la muñeca de Silvia
s iniciales grabada
ije, con una
duda en sus ojos, pero desap
una coin
empezó
y me pareció tan bonita. Me recordó tanto a Roberto..
ión era i
por completo. Su e
lvia no es una ladrona. Devuélvele la pulse
. "Quiero que me l
jos, empezó a desabrocharse l
nces,
e le resbaló
a soltó a
mármol con un son
iguas y delicadas,
sepulcral ll
de la herencia de mi madre ya
se tiñó
ancé sobre Silvia y
esonó en la
a reaccionar, sentí
me había
o. Mi brazo se estrelló contra el borde
ecorrió desde el co
e, mientras corría a socorrer a S
! ¡Diez si quieres! ¡Per
zo. Un corte profundo empezaba a san
a nada comparado con el do
golpeado.
entánea en su rostro fue
, con la voz rota pero firme. "Y te