La Broma Que Destrozó el Amor
la crueldad de Camilo en un bucle constante en mi mente. Por la mañana, el shoc
lular. Era
í tu mensaje. ¿Qué es eso de cancela
reocupación que casi me hizo r
tro, papá -dije, tratando de mantener mi voz ligera-. E
No te preocupes por el lado de los negocios. Yo me encargo.
e nuestra familia. La idea de su prese
en, papá
a pena el aliento que tomaría exponerlo. Era un cobar
, apareció una notif
a enviado una sol
rarlo, bloquearla y no volver a pensar en ella nunca más. Pero otra parte,
llegaron una
o que parecía una fonda de carretera. Un plato de papas fritas grasientas estaba entre
ra, cómo la había llamado "poco refinada" y se negaba a comer cu
e Hanna sigu
conmigo porque sabe que es todo lo que puedo pagar. Dijo que le
que él arrugara la nariz con desdén. No se trataba de la comida. Me estaba entrenando, preparándome para una vida en la que
r plano de dos manos entrelazadas. En la muñeca de Camilo había
o de artesanías y pensó en mí
visto en un viaje a la Toscana hacía dos años. Las había querido
Estamos por encima de eso". Me había llevado a una joyería de
ente no las quería conmigo. Estaba guardando ese gesto s
mudarse a un pequeño departamento. Camilo leyéndole cuando supuestamente estaba enferma. C
sordo y entumecido. La ilusión de nuestro amor estaba sien
uevo mensaj
r eso que sigues aferrándote? ¿Porq
capó de los labios. Es
espuesta lent
jiste, mi memoria no está muy bi
, un pequeño giro d
que iba a mandar lejos a una becaria encimo
arecieron y luego desaparecieron. Pasó un minuto de sil
arrepentir
confusión. ¿Qué podría hacer ella? Solo era una
n, tan eq