icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Una Mentira Perfecta: Su Esposa de Muñeca

Capítulo 3 

Palabras:1226    |    Actualizado en: 18/08/2025

mino. Solo agarraba el volante, con la mandíbula apretada. Probablement

ciente. La fiesta ya estaba en pleno apogeo, la música

ó Carlos, su voz baja y urgente. "Finge ser ella por unas

ta y se alejó antes de que pudiera responder

i cabello peinado exactamente como el de Gia. En el momento en que apa

¡Por

ientes después d

usar. Se sentía como una máscara. Murmuré algunas respuestas ed

ando que adormeciera el pavor que se enroscaba en mi estómago. Me s

bar. Era guapo de una maner

n amigo", dijo, sus ojo

, dije, dánd

as así, Gia. Sé que estás pasando por un mo

or de mi cintura. Me estre

manos de en

y feo. "¿Haciéndote la

a dar vueltas. ¿Era este el plan? ¿Qu

ampaña, el estrés, todo era d

extremidades se sentían pesad

murmuró, su aliento caliente en mi cuello. Comenzó a arrastrar

ue tengas una noche memorable", me susurró al oído

solo acoso. Era un ataque. Organizado por Gia

o fue un jadeo ahogado. Mi cabeza estaba

rte, cariño. Carlos se aseguró de eso.

travesó la niebla. No iba a

l gritó de sorpresa, su agarre aflojándose

poniendo todo mi peso en ello. Aul

cubitera decorativa, y la balanceé con todas mis fuerzas. Cone

n la cubierta

tillas. Corrí, empujando a los invitados sorprendidos, ignora

de correr. Corrí hasta que mis pulmones ardieron y mis piernas cediero

desastre. Temblaba incontrolablemente. Bu

todo se vo

nuevo. Lo primero que vi fue el ros

staba allí porque estaba preocupado. Pensé

ces h

ste?", gruñó, su vo

undida. "Yo..

ponía que debías dejar que sucediera! ¡El plan era que te encontraran, angustiada y humillada. ¡Habría ge

podía respirar. No estaba enojado porque me había

urré, el horror de todo invadiéndome. "M

te! ¡Ahora el tipo está en el hospital con una conmoción cerebral

o que era una trampa, que Gia estaba detrás d

a mentirme! ¡Gia nunca haría alg

u versión de los hechos, en la historia que ella le había contado. Me acusó de

e mí se rompió. La última y diminuta brasa de esperanza

mi corazón un peso muerto en mi p

e estabas confundida e histérica. Que atacaste a un hombre inocen

espo

", repitió, su voz p

. Los papeles del divorcio estaban firmad

sola vez, r

tido rítmico del monitor cardíaco, cada sonido un recordatorio

lida y valiente. Carlos estaba a su lado, su brazo envuelto protectoramente alrededor de ella. Los

del hospital e

rgos", le dije

arlos y Gia. Las rompí en pedacitos, dejándolos caer al suelo como nieve. Recordé sus

o que resonó en la habitación estéril

Obtenga su bonus en la App

Abrir