El Joven Guardaespaldas
olpea en el rostro, despeinándome y obligándome a entrecerrar los ojos. Mis sandalias cuelgan de l
no y vuelven segundos después, haciéndome perder la noción del tiempo. Ni sé cuánto llevo aquí cuando mi celula
vez ese odioso sonido se hace escuchar, solo que e
Ate
no lo hago
ser algo
a de su hija menor. Pero al volver a fijar mis ojos en esa pantalla, no reconozco las cuatro letras de la ve
: ¿
, quien conoce perfectamente "los trucos de su hija ca
y entonces capto que nada es como lo pensé. Esa no es la voz de quien me esperaba. S
(Pregunto asombrada y Mía de
ron por si
pir
lgo que llamás
a en una hora y ya
iempre y apoyo el teléfono en
Qué ho
celular a mano y
antalla:
or hacerte esperar tanto (
me mira
: ¿
anto"? (La miro con ironía). ¿A un
Cal
ad más acelerada a la que veníam
, pero en seri
e y me volte
é va a p
con ese chico. Como si t
risa). Es solo un empleado, ni siquiera sé cómo se l
Cuando nos encontramos solo a unos metros la puerta del conductor se abre y sale el. Da media vuelta por la parte delantera del vehículo y a
asa
¿Y tú
solo se observan varios botones de
a mañana no
raga saliva, dejando sus nervios al descubierto), ah
erd
es más y perdé
a volver
tándolo como a cualquier chofer de todos los que tuve de
ce mientras aún estam
espejo, sabiendo que nadie lo nota. Enciende el motor y acelera, convirtiendo el paisaje de las ventanas en una rápida transición de imágenes, aunque no es eso lo qu