La furia del rechazo: El regreso de una esposa
n, su rostro pálido. Era solo un guardia
a, sus dedos clavándose en su brazo, y la empujó a su pequeña y
ia celosa-. ¿Coqueteando con la servidumbre justo en frente
cuerpo atrapando el de ella. S
bre frente a ella era un extraño. El Damián
ella, su voz un
tinado a castigar y poseer. Ella giró la cabeza
a donde había caído su saliva,
es -dijo-.
gitado. La palabra "asco" de ella, la chica que había limpi
urró, su voz tembla
tan, así que no importa lo que dig
ilmente. Él tropezó, apoyándose en la pared. Por un moment
quitarse tirada en una silla. La recogió y se la
o en sus ojos. Vio su espalda esbelta, la forma en
u voz más suave
Caminó hacia la puerta y
lo, un grito frenético reso
desplomó! ¡Que alguien
de Alian
Pa
l dolor. Corrió, sus pies descalzos golpeando el su
su pequeña habitación, con el rostr
s llaves de uno de los coches de la
raje, pero Damián
rees que va
engo que llevarlo al hospital!
tó las llave
tu culpa y por esa cicatriz asquerosa. Está a
mente incapaz de pr
o un infarto! ¡Sofía solo est
que ella llevaba. Su rostro se endureció, todo rastro d
lo un sirviente. Sofía es mi prioridad. Los coches se qued
y falsamente sollozante Sofía en sus braz
es de correr hacia Cecilia, que observaba
or! ¡Las llaves! ¡Mi pa
o de llaves frente a la cara de Aliana-. Tu padre es viejo.
Aliana cayó
rriendo por su rostro-. Se lo ruego.
ó, un sonido
de un sirviente rogá
siado rápida. Se las arrebató. Aliana cayó hacia adelante,
jó las llaves. Volaron por el aire en un arco plateado y aterrizar
fría y turbia. La fuente estaba llena de limo y algas, el agua estancada y
papada y temblando, su vestido cubierto de limo verde. Corrió ha
en la cerradura, escuchó una se
s del coche, con un cuchillo en la mano
? -preguntó Cecilia,
ntas desinfladas, s
u cuerpo temblando
iendo de la casa, con el
Su padre... ¡ha d
menzó la reanimación cardiopulmonar, presionando su pecho, respirando en su boca,
-se burló Cecilia desde l
do, lágrimas y sudor y agua sucia de la fuente gotea
siento mucho. Debería haberte s
una sirena. La ambulancia estaba aquí.