Diez años como pupila
jandro Garza. Después de que mi familia se vino a
cho, reuní todo mi valor
había visto. Tiró mi pastel de cumpleaños al su
la pintura en la que había traba
trajo a casa a su
maba su estrella más brillante, se había desvanecido. Mi década de
debía protegerme se había conv
ue tenía en la mano. Tenía que irme. Tenía que arr
y marqué el núm
a-, ya lo decidí. Quiero irm
pte
ro Garza comenzó cuando Sofía borró la fo
e le había toma
rde, con una revista *Expansión* sobre las rodillas. La miraba
los ocho hasta los dieciocho, este
risteza, su universo ent
apagar ese sol co
la se vol
y absoluto, sin
mientras dejaba el celular y tomaba el
o se deslizó por su garganta, pero no pud
marcó un número que no había
mente. La voz amable de un h
So
un poco ronca-. Recibí mi c
n momento, luego su voz se lle
idades. Historia del Arte, ¿verda
S
o decidiste? ¿Vi
etando el teléfono con más fue
e lugar. Quería escap
ir la emoción en su v
¿Te volvió a hacer
seguir viviendo en su casa como su protegida, no ahora. Se siente incorrecto.
n pesado
oz de su padre, llena de dolor
, viviendo en esa casa porque yo no podía... Qué buen
ad
vo en marcha. Ya no necesitas depen
abras hizo que a Sofí
ariz, contenien
tá
ró en el espejo. Tenía l
años completos amando a un ho
que
rza de su corazón, pedazo por ped
tación. La luz del estudio al fi
seguía t
allá, aferrando la carta de acepta
erta. A través del hueco, pudo
aba un suave resplandor sobre su afilado perfil, delineando un rostro tan guapo que parecía irreal. Un par de lent
negocio de su familia se derrumbó. Cuando sus padres se divorciaron y su madre se fue del país, fue su padre, en su
n ningún laz
abía amado en secret
ó en voz baja, su v
ista, frunciendo liger
ué
fría y distan
nto de hablar cuando su teléfono en el escr
ue vio el identificador de llamadas. Una ternura
jo, su voz
metida, Ca
por el costo. -Escuchó a la persona del otro lado, la comisura de su boca
en la puerta, sus manos y
en su mano se sentía co
atrás. Había reunido todo su valor para regalarle una pintura e
uía la espalda de un hombre,
u con
ro fue una furia que n
de la mesa, el pastel se
con los ojos rojos de ira-. ¿
nadamente, con las lágrima
n ti! Y la forma en que siempre me has consentido...
su hermoso rostro con
cariño familiar y el amor? Tu e
pedazos sin piedad su
ido sin mirar atrás, dejándola sola
egándolos cuidadosamente. Pero la pintura, c
nces, no se
nte buena, si entraba en la mism
su graduación, trajo
sentado con
es Camila, m
momento en
e había
iente de los últimos diez años
ser ella quien
sacarlo de