Su hijo secreto, su fortuna robada
lta
rías y afiladas. Mi voz
ndidos. Leo, una pequeña y desafiante copia de su pa
bresaliendo-. Papi dijo que todos los
e -dije, dando un pa
isita maliciosa, lo retiró bruscamente. En el mismo m
do nauseabundo. La delicada bailarina
gmentos blancos esparcidos por el suelo oscuro. Un trozo de su br
registré el grito de dolor del niño. No vi a Damián y Xim
su propia acción y se había caído, raspándose la ro
a tía Sofi me e
-gritó Ximena, c
ián estaba just
pudiste? ¡Es
a escena. Yo en el suelo, rodeada de porcelana
lo, un destello de algo -¿recono
volvió ha
dejaras tocar sus cosas. -Su voz era baja y e
rompió
segundo. -Tomó a Leo en brazos y se alejó apr
arrodilló
no sabía. -Intentó tocar mi ho
con voz tranquilizadora-.
as palabras desgarrando mi
ó sorp
adre? ¿Es
ecogiendo un trozo de porcelan
de culpa cru
os mejores restauradores del mundo.
an por mi cara, ca
ompió, Damián. Lo hizo a propósit
ia de Dami
Sofía? ¡Tiene cinco años
que pid
iliar filo de la ira asomando-. ¿Por qué te pone
e sabiendo a veneno-.
negación fue insta
os. Te lo dije, sus padres
asmo-. Y tú, por la bondad de tu corazón, ¿decidi
ro se e
iendo mi sospecha en mi contra, convirtiéndome en la villana-. Desp
ía estado rondand
tal cosa. Acogimos a Leo porque e
sus mentiras una manta sofocante. Sentí una ola de náuseas tan fu
s uno por uno en mis manos ahuecadas. Cada borde afilado era un dolor nuevo, un recordatorio de un recuerd
, una sonrisa débil y fría en mis labios-. Gracias por el regal
nando los fragm
me has dado -dije suavemente, mis oj
jándolo de pie en medio de las
lo profundo de mis huesos, que me iría
de música. Fue un esfuerzo inútil. Las grietas eran visibles, cicatrices
ar. No tenía su habitual aspecto frágil y dependi
oz desprovista de toda calidez-. Quiero que f