Su hijo secreto, su fortuna robada
a un mensaje de mi m
ncelar esta noche. Emergencia en el
nte: "No te preocupe
tras de sí una claridad fría y dura. No iba a
para que preparara los papeles del divorcio. Sin acuerdo. Sin pensión alimentic
s pequeño y desconocido al otro lado de
o purgué metódicamente de mi existencia. Ropa, libros, fotos. Los amontoné en la gran
oda. Su sonrisa era tan brillante, tan carismática. Una mentira. Vertí whisky sobre el
a estéril, impersonal, como la de un hotel. Todo lo qu
amadas perdidas de Damián. Una sarta
¿dónde
ta el t
ara la
OF
nar bruscamente en la entrada. Unos momentos des
o agitado. Cuando me vio, la tensión en sus hombr
-respiró-. Estab
livio se ag
o? Te llamé casi cuarenta veces. ¿T
. Una actuación enferma y retorcida. No
, un movimiento sutil, casi imperceptible. Se conge
lencio -dije, con la voz
ello de confusión en sus ojos. Notó los
mpia
nea-. Deshaciéndome de algu
cambio de humor. Sonrió, una sonrisa tranquilizadora y condescendi
acercándose de nuevo. Sacó una pequeña caja
mantes. Era hermosa, y supe sin mirar que el broch
rme nunca por perderte -dij
glaría algo? ¿Pensaba que una joya podría en
-La pregunta se me escapó an
o se ens
a? Por supuesto que te amo. T
a cama, desaboto
Sofi. He tenid
aquello que una vez fue mi propósit
os ojos ya distantes, perdidos en l
er, mi celular vibró en la mesita de noche. Era un mensaje. Pero n
s había mirado su teléfono. Siempre se había se
contraseña, la adiviné al primer intento, era mi cumpl
con un contacto llamado simplemente "X". Mi cora
jes, todos los d
la rodilla hoy
ndo volvía su
a le bajó la fiebre.
y tiernas que usaba conmigo. Las mismas promesas. Las mismas seguridades. Pero
a un mensaje de
eo que se está enfermando
te preocupes. Estaré allí pr
. Mientras me llamaba frenéticament
solo un guion que usaba, una actuación que ofrecía a q
mo si me quemara la mano. Un dolor pro
tra mi piel. Estaba temblando, pero no por el frío de la habitación. Era un frío
. Damián salió, con una toa
po cálido presionando contra mi espalda. Me
su aliento calie
da músculo gritaba en protesta. F
, su voz teñida de co
mano en
iendo. Tie
iatamente a uno de u
que ir al
u teléfono, el que yo había dejado caer en la mesita de noch
u expresión se volvió se
ué
su cuerpo
Ya voy p
su rostro una más
una emergencia en la ofici
y me besó
ate algo. Llámame si te sientes p
miré fijamente la pared,
bilmente, a través del teléfono que ahora se apretaba
jado, ardiendo en fiebre, por su otra familia. Y en ese momento, su