El ajuste de cuentas de la heredera
sión de falso desdén. "No puedes ocultar ese olor barato
en un restaurante, apenas ganando para llegar a fin de mes. No e
s cruel, cada palabra
e champán, que se estrellaron contra el suelo. "¡Basta! Est
alpicó por t
rrebato. Fruncieron el ceño,
. "Vamos, nadie quiso hacer daño, señorita Hayes. No
ocaron asentimien
jar en la alta sociedad, n
lmente el reloj de bolsillo como collar,
ncogió, respira
su alrededor, se mordió el la
n, Kristian artic
y la ira se arraig
seguía arrastrándola de vuelta, permiti
bres y ajustaría c
a caja de rifas. "Amigos, tengo un juego divertido pre
o y avanzó, sacando
iendo sorpresa al leer, "Párate en el balcó
volvió. Esto parecía una tr
istian, fingiendo lágrimas. "Kristian, estoy asustada.
o la multitud rápida
frágil. No puede hace
ga. De todos modos, su
lpeó el pie, haciendo un puchero. "¿Te
ñó, esperando q
as," Kristian dijo en tono de apaci
siquiera la oportunidad de escapar antes
eintisiete, el viento f
acudiéndose a los guardias, pero
"Sé buena. Si Laura está feliz, podemos seguir
tenía un borde
o hay un nosotros. Solo tú y yo. Si no puedo escapa
y ordenó a los guardias que añadie
ia el borde, atándole
tancia, aplaudiendo y burlándose. "Salta ya.
ló la
sto. Evelyn va a
ó, fijando la mi
rotegerla para siempre a
fundo. Maldijo su
ano con autoridad. "¿Qué estás esper
sobedecer a su empleador, cerraron los
dole la voz. Se aferró a las c
aron, dejándola colgada boc
lo, su punta rozando las cuerdas ancladas. "Oh, Evelyn, qué lío. Los