La Mentira de la Conexión Mental: La Cruel Decepción del Amor
hó la puerta principal abrirse y cerrarse. La voz de R
. Me pidió que te hiciera c
pequeña y soleada que era el único espacio en la
el umbral, apoyad
trato silencios
o a carboncillo enmarcado del escritorio de Sofía. Era un dibujo de la madre de
gina, su tono despectivo-.
aguda y pura,
alo, R
, un sonido a
ial? Parece algo qu
l carboncillo. De repente, con un movimiento de muñeca, rompió el delicad
muy abiertos con falsa inoce
en la habitación silenciosa. Por un segundo, Sofía
delante, agarrando
é hi
, su expresión
ien de ellos. -Abrió su bolso y sacó un fajo de billetes, arroj
na, rompió algo dentro de Sofía. Estaba harta
Regina, c
te de
os pasos resonaron subie
dió tambaleándose, golpeando deliberadamente su brazo contra la esquina afilada de un caballete ddestrozado en el suelo, el dinero esparcido y a
ndo a Sofía con un dedo tembloroso-. ¡Solo
ía. No preguntó qué pasó. No esperó una explicación
ida de una preocupación que nunca,
l hombro de Regina, sus oj
a cabeza? Mira
ía, su voz temblorosa-. R
ecio-. Lastimaste a una persona por un objeto. Nunca supe
o de Regina. Las lágrimas habían desaparecido. En s
último que quedaba de
gustia y rabia-. Después de todo, ¿le crees a ella en lugar de
pendida en el aire,
fuerza, le dio la espalda a Sofía y se llevó
voz un bálsamo calmante destin
eguntas, las súplicas, murieron en su garga
trazando un camino por su mejilla. No era una l
l suelo, su cu
partida con Regina es un intento desesperado por recuperar el control de una situación que tú inten
s. Era tan perfecta, predecible y psicopáticamente Damián. Él orquestó todo
precioso y dañado dibujo de su madre. Lo arreglaría. Se arreglar