La Mentira de la Conexión Mental: La Cruel Decepción del Amor
"Notificación de Vínculo Mental" como una retorcida expresión de amor. Me decía que sus rechazos eran "pruebas de obediencia", su indi
hospital, esperaba que él finalmente se quebrara. En lugar de eso, llegó con mi rival de la unive
dibujo de mi difunta madre y luego inventó que yo la había atacado. Se la llevó en brazos, dejándome s
mo "una prueba de mi amor incondicional". Pero por primera vez, sus palabras se s
entre mis lágrimas. El amor que describía no era amor. Era una
ítu
rga
Ni siquiera miró a Sofía. Sus ojos estaban fijos en la p
ver. Era una colección de poesía que pensó que podría gustarle. Lo había
, su propia voz
ada. Sus ojos eran de un gris frío y penetrante, como un cielo
fría y aguda
de se supone qu
jamente, su expres
n el aire frente a ella. Un recuadro azul translú
n hombre de su estatus necesita una pareja que entienda su necesidad d
iones habían sido su traductor secreto, la clave para entender a su eni
ivio. No era crueldad al azar. Era una prueba. Una
ucha se desva
tá
o, con movimientos robóticos. No tomó
vuelto su atención a su trabajo, la pos
ó. Los jardines bien cuidados de su mansión en Polanco estaban oscuros y silenciosos. Emp
a a dónde ir. Sus amigas vivían a una hora de distancia, y llamarlas tan tarde para
risas luchando por seguir el ritmo de la lluv
o y brillante de una fortuna tecnológica, siempre rodeado de gente pero nunca parte de ello
descanso. Sus ami
o su mejor amiga, Valeria, mientras tomaban
respondido Sofía, llena de una con
a un muro sólido. Estaba a punto de rendirse, con el
mpus, viéndolo alejarse, cuando el
icamente tímido. Está abrumado por tu franqueza pero secr
dio un rayo de esperanza. Al día si
ras anoche investigando a tu artista favorito. Está
sgastada de su estilo en un mercado de pulgas. Vio a Damián en la bibli
a. Por primera vez, vio algo más que indife
notificaciones eran
stentes. Pero las notificaciones lo explicaban todo. Una cita cancelada era una prueba de su pacienci
él estaba en el altar pareciendo más un hombre en un fune
ti. Su atrofia emocional le impide expresar alegría de manera conven
ilenciosos, las humillaciones públicas. Las notificaciones eran su consuelo constante,
mente, los neumáticos chirriando sobre el pavimento mojado. El auto giró sin controvió borroso, puntos negros danzaban en su visión. Lo últ
el momento. El momento en que el muro se derrumbara. Él se enteraría del accide
sto antes de desmayarse, un pensamiento, teñido de una fa
rá p
n de hospital. Un dolor sordo palpitaba en su cabeza, y su
ndo ver a Damián en la
a estab
entró, su expr
. ¿Cómo se sient
á mi esposo? -la voz
e la enferme
mportante que no podía perderse. Envió a su
o formarse en su estómag
resonó desde el pasillo. Era
en su rostro perfectamente maquillado. Era la antigua rival universitaria
corriendo la habitación con falsa preocupaci
tan fría y remota como siempre. Ni siquiera miraba a Sofía. Miraba a
Sofía, con el cor
su mirada
s bien. Una conmoción cere
ocando una mano perfectame
¿verdad, cariño? Me estaba di
poso, la silenciosa aceptación de Damián. El dolor en su cabeza
Regina para probar tu reacción. Quiere ver si lucharás
ntió como una mentira. Una justificación enferma y retorc
oz un susurro venenoso
oche, ¿sabes? Desp
ció como si la h
labios. Le ofreció a Sofía una manzana pelada, el
o de fruta. Te
na imagen brilló en su mente: el cuchillo h
anotazo. La manzana cayó al suel
z temblando con una rabia q
dose, con una mirada de sor
mián, ¿viste eso?
focándose en Sofía. Pero no había preocupación, ni
-dijo, su voz cortante-
da, tan monumentalmente injusta, que S
ante, su sombra cay
Estás hacien
toque gentil de una manera q
Claramente no es
evándose a una Regina lloros
, dejando a Sofía sola en la s
Damián te está castigando por tu arrebato público. Te está enseña
abras se desdibujaban entre sus lágrimas. Por
o
ra una jaula. Y ella, por fin, por f