El dulce escape de la esposa sustituta
mó a Emilia en sus brazos y corrió hacia el hospita
guió, una som
y frío. Kael caminaba de un lado a otro, con l
una banca en la e
ió, con el ro
mucha sangre. Nos estamos qu
a, levantándose-. Tenemos
con los ojos desorbita
lvarla -dijo Ca
ostro estaba pálido, pero sus ojos estaban en calma. Kael se qued
ón había vuelto, má
amaba tanto? ¿Lo suficiente como p
mila volvió a la banca. Vio
iste? -preguntó él
ue lo que pasó en la tienda f
se intensificó. Di
... ¿m
nder, las puertas del quir
e un éxito -an
blemente, una ola d
ó silenciosamente e
lo primero que vio fue a
? ¿Estás tratando de demostrarme
así -trató de e
u voz plana-. Nuestro matr
de Emilia seg
o. Demuestra que no
untó Kael, su
la con un brillo v
go helado detrá
vac
ella! -acusó Emilia, s
ía y dura. Se volvió hacia
par en par por la conmoción. Est
ía resistirse. T
edó allí, su rostro una máscara de indiferencia, pero sus
ron al ag
ento y sus extremidades se entumecieron. Luchó, pero
o un destello de su infancia. Siempre si
o realmente des
agua, su cuerpo
a cuidaba, un toque suave. Inc
su voz apenas un su
uya se apretó de repente,
travesó la nie
dónde cre
Ka