Las cicatrices innegables de una esposa
ncontró en el sofá, todavía abrazando al cac
sa. "Elena, tenemos que hablar de.
i cara se estuviera quebrando.
s hombros. "He estado pensando. Tal vez... tal vez deberíamos dejar d
do mi reacción. Cuando
odríamos..
e me convirtiera en madre del hijo de la mujer que destruyó mi vida, un recordatorio vivo y palpable de su traición
naran de lágrimas, mi labio inferior temblara. Lo miré
como si la idea nunca
n falsa simpatía. "Sí. Podríamos darl
r a Mateo aquí y hacerlo pasar por un hijo adoptiv
esposa estúpida
voz ahogada por lágrimas
ería mi problema pronto. Po
pués, trajo a
sombra, un pequeño y cálido consuelo en el frío vacío de mi vida.
voz suave. "Esta es tu nu
resonó por la casa silenciosa. Se escondió detrás de las piernas de
adoras. Ni siquiera me miró. Era como si yo no estuviera allí. Llevó al ni
desde arriba unos minutos de
rostro una más
empleadas susurr
tan afortunada. El p
todavía la trata como a una reina. Ahora
ualquier otro hombre la
o. Miré sus confiados ojos marrones, y las lágrima
atética y estéril, compadec
ontra mi pecho, enterrando m
Lucky?", susurré. "Podemo
si estuviera
e desastre. Un niño que era mitad suyo. Me senté en la fría y estéril sala de espera
aron mi nombre,
vientre. Él era un monstruo. Pero es
sa. Llamé a Lucky, pero no hubo un ladrido de respuesta, ni el
de pavor se
fombra favorita, quieto y silencioso. Un pequeño hilo de
a un Mateo perfectamente tranquilo en sus brazos. Miró
stante, lo supe. É
zó. El mundo nadó e
ra un sonido crudo y
dose instantáneamente en una de preocup
pequeño y quieto cuerpo de Lucky, mis piernas te
teñida de falso arrepentimiento. "Inte
bre el pelaje de Lucky, sin atrev
riendo por mi rostro. "Se llamaba
n, su voz endureciéndose con impacien
ucky no habría lastimado a nadie. Era l
de seguridad", dije, mi vo
o hasta ahora, señaló con un dedo pequeño al c
l rostro pálido. Me entregó una tablet
ro. Le estaba tirando de la cola a Lucky, pateándolo, atormentando al pequeño anima
a lo
o no solo estaba asustado. Era
el destello de molestia en sus ojos. No estaba co
agotada. "¿Realmente vamos a pele
se volv
mayarme fue la voz de pánico