Sr. CEO
i
había dos grandes sillones beis, junto a ella una gran escalera de mármol en tonos neutros que probablemente daba acceso al resto de la empresa. El mostrador de recepción era blanco y grandes jarrones de vidrio elegantes co
n caballero muy agradable, vestido con un traje negro. Charles había escrito en s
nto, ya te llama. Siéntese por favor . ¿Quieres algo para lle
a sentar en uno de los grandes s
iga que cualquiera podría ser. Conocía todos mis traumas y siempre que estaba a su alcance me ayudaba. Sonreí al recordar su figura. Emma era bajita, de cabello negro, las veces que se teñía
je de
co. Olivia a pesar de ser seria es muy querida. Necesitan a alguien que hable portugués con fluid
a alguien por aquí que tuviera la calidez de los brasileños. Justo en mi primer día, me encontré con Emma e
s volveríamos a ver. Era un caso que yo tenía, nada grave, el sexo con él era muy bueno, y aunque no era pegajoso, en los últimos días hablaba de tener algo más serio. Sabía que el problema no era él
pensamientos con C
erando en el último piso. Sugiero va en a
sor que estaba en el lado opuesto de la habita
y parecido a la recepción, salvo por la decoración más sofisticada y clásica qu
ante. Emma te recomendó. Dijo que es licenciado en letras y
os en Brasil. Me mudé aquí hace unos 4 años, d
ente a un mostrador blanco. Olivia se sentó frente a la computadora y comenzó una ser
ta la tarde vuelvo avisando si la v
ascensor se detiene. Cuando me doy cuenta de que simplemente aprieto mis talones en algo y me caigo del ascensor, cuando estoy a punto de caer al
torpe. Aún más tocando tu celular, ¿n
ve la sangre y miro directa
ANDO COMO UN LOCO? ¿POR QUÉ NO ME D
ta con dulzura y de forma
ntar señor ...- dejo l
ombre maliciosa y juguetonamente, era alto y delgado, vestía
an como tú, el mundo sería un lugar mucho mejor. - dicho. –Mu
. Noto que el hombre al que maldije y tiene una expresión de enfado y deseo al mism