Amor Inesperado en el Coma
antener la compostura mientras una voz en tu cabeza comen
rentes de restaurante, discuti
eso de cabra y una reducción de balsámic
¡Eso sabe a tierra! ¿Por qué no haces unas enchiladas suizas con
i propia saliva. Mi ger
, está
. "Solo... pensaba en una
fácil. Me había convertido en el
pisando huevos. Y el doctor García necesita un
le la almohada para que estuviera m
bueno, mi Armi. Siempre tan propio, tan correcto. Un día de estos
na entró en la habitación. Me vio inclinado sobre Sofía, co
un tono helado. "¿
comodaba la almo
te! ¡No, mejor dile que te declaraste d
, sus ojos entrecerrados con sospecha. Me escruta
e algo. Una tontería,"
atividad! Te repruebo en el
ado de la cama y comenzó a hablarle a su hija sobre los problemas de la
a hacer su revisión. Me encontr
a," le dije, mostrándole mi teléfono
uchar a los Tigres del Norte, no a este seño
me dio una palm
ñadió, bajando la voz como si compartiera un gran secreto, "el otro día una enfermera me dijo que lo escuchó pregunta
za. Asentí con la cabeza, des
to es mejor que una telenovela! ¡Ahora sí, tráeme mis tac
rimera vez, estaba en silencio, como si también durmiera. Miré su rostro. La mujer que había s
confuso, era inc
sible. Por otro, sentía que por fin la estaba conociendo. La verdadera Sofía. La q
l creía que era un esposo devoto pero excéntrico. Y yo... yo estaba empezando
aría de ella, la protegería, y me convertiría en el guardián de sus pensamientos.