Luna: Rescate de un Padre
y la que estaba a punto de comenzar. "Renuncio". Una palabra tan simple, pero que contenía el peso de años de frustración. Con un clic, envió el correo a su jefe y a
e alto nivel, el sueldo de seis cifr
a oficina sin despedirse de nadie. No er
daba. Ni siquiera notó su llegada. La casa, una residencia amplia en una buena colonia que paga
Ricardo, con
ltó, bajó el vol
í tan temprano?
si la sola idea de que él perdiera su fue
ndió Ricardo mientras se afl
o su reacción. Sofía parpadeó, confundida. Lu
un mal día, ¿verdad? Anda
pero Ricardo
ofía. Renuncié. Ya
parada a mitad de la sala, con el control re
estás hablando? Tenemos la hipoteca,
mirándola fijamente. "
a sonó. Ella miró la pantalla y su expre
melosa. "Migue, ¿qué pasó, hermanito? ¿Ya te depositaron? ... ¿Cómo que no
o, como si la conversación que acababan de
tros cincuenta mil pesos para completar lo de s
iempre. Miguel necesitaba dinero. Su "negocio" necesitaba dinero. Y Sofía, su fiel her
o Ricardo, su voz era un su
¡Claro que hay! T
ba, te encargaste de desaparecerlo. Déjame adiv
esvió l
Su proveedor le estab
sitaba dinero para su operación de cataratas? ¿Recuerdas que cuando
Sofía se
sperar. Lo de Mi
ar el futuro de la novia". Ricardo, enamorado y tratando de complacer, había accedido. Dos días después de la boda, se enteró por un descuido de su suegra que todo ese dinero había ido a para
dos meses. El capital para la "startup de tecnología" que resultó ser una estafa. Cientos de miles de pesos, desaparecidos en el agujero negro que era s
pedirle un préstamo a un amigo para ayudar a su propia madre mientras su espos
antó d
ware. A partir de hoy, yo también voy a ser un parásito. Voy a quedarme en casa, a jugar videojuegos y a
u computadora personal, abrió una hoja de cálculo y empezó a mover sus ahorros personales, los que Sofía no conocía, a una cuenta
, susurró para sí mismo. "
lpeaba l
edes hacerme esto! ¡Ten
ra del Ricardo proveedor y comprensivo había terminado. Había nacid
-