Mole de Olla y Traición
iato el número de mi mejor amiga, Jazmín. Su v
ué pasa? So
bras rompieron el dique que contenía mis lágrimas.
dijo Jazmín sin
i santuario, ahora se sentía como una escena del crimen. Cada objeto me recordaba a él, a nosotros.
do entre sollozos: el teléfono, los mensaj
ciándome la espalda. "Siempre supe qu
primer trabajo en esa cocina horrible? Él me esperaba afuera todas las noches, sin importar qué tan tarde
fi. Recuerdo al Mateo que te ayudó a montar tu primer catering. El que pintó las paredes
compartidos, de construir un futuro juntos. Había sacrificado oportunidades, había adaptado mis horarios y mis planes para que enca
susurré, más para convencerme a mí misma
iga, el que engaña una vez, engañ
en el sofá, y la tensión en el aire era tan densa que se podía cortar con un cuchillo. Le preparé el desa
. Él apenas levantó l
ijo, con una frialdad
or favor.
engo tiempo para dramas," respond
friándose en la mesa, un segundo platillo rechazado en menos de veint
del Profesor Valdés, su antiguo mentor de l
rmar que tú y Mateo vienen a la boda de mi hija el pró
¿Boda? Mateo no me h
taremos," mentí, sintien
o electrónico, cuya contraseña, irónicamente, seguía siendo mi fecha de cumpleaños. Ahí estaba. La invitación a la boda, recibida hacía tres semanas. Y debajo, una c
a un error. Era un plan. Una dobl
Recordé cómo, con paciencia infinita, me tomaba la mano cada vez que me veía hacerlo, cómo me compraba esmalte
ta de que el hombre que me había ayudado a sanar e
él no volvió. Le
nde e
a tarde. No me es
sabía que no llegaría. Decidí esperarlo, aferrándome a la última hebra