Venganza desde la Cuna
re empapando mis sábanas y el dolor desgarrador de perder a mi hijo no nacido, todo
svaneció como un f
los
, pintando rayas doradas en el suelo. El aire olía a hierba
ba v
on su barba gris y sus o
e casi dos meses de embarazo.
tivamente a mi vien
por la vida que perdí, la desesperación que me había consu
h
ería a mi hijo con cada fibra d
ado este mismo matrimonio con el Príncipe Alejandro, alegando un amor por un plebeyo. Yo, con el corazón roto porq
con una facilidad insultante, sus risas resonando en los pasillos mientras yo me marchitaba en mi habitación. Su trai
Justo el día en que m
rtunidad. No para ama
cordaba, con su cabello oscuro y sus ojos ambiciosos. Su rostro se iluminó
Esto es maravilloso
su alegría completamente falsa. Pude oler
pretando el papel de la esposa
n feliz,
o. Este hombre, mi esposo, era solo un peón. Mi he
luz del sol de la tarde bañando la habitación.
un mensajero a sus padres p
con la
a. No t
fui yo, y no Valentina, quien se casó con el príncipe. Cuando Valentina regresó,
la noticia a el
ría paciencia y una planificación cuidadosa. Y mi primer
a carta a
da he
cuánto te preocupas por mí, y me sentiría mucho más tranquila si estuvieras aq
odo m
fí
ué la car
llegue directamente a m
ntió y
ba a ponerse. El cielo se tiñó de naranja
ría se dibujó
zado. Y esta vez, yo