Corazón Roto, Alma Fuerte
uía a todas partes, una presencia c
mente los exitosos y encantadores, eran capac
nte decidió que mi madre, Mónica Díaz, ya no era suficiente para él, la cambió por u
risa se apagó y el silencio se convirtió en nuestro compañero más fiel. E
er a mujeres que, como mi madre, habían sid
jamás, permitiría que un h
i corazón, tan altos y grueso
pareció Ric
risa que desarmaba y una mirada que parecía ver directamente dentro de tu alma. Me vio, no
delicadeza que nunca había conocido, me habló de un futuro j
, me dijo una noche, mientras s
casi un susurro ll
al, es para siempre, n
nfiaba de todas las prom
or, mi confianza y mi red de contactos. Le presenté a clientes, a coleg
mi corazón, bajo una sola condició
rame que nunca me aband
pondió él, besándome con una
hasta el
ento sobre el cual cons
estaba a punto de r