Mi Amor Convertido en Ceniza
mezcla de chiles tostados, chocolate amargo y el tiempo mismo. Mis cocineros se movían con una eficiencia silenciosa, casi como una danza, preparando
e, yo no era
cio, su mano descansaba casualmente en el brazo de él mientras él contaba alguna historia. La forma en que ella lo miraba, con una admiración que ya no me dirigía a mí, me causaba un dolor físic
fría noche de la Ciudad de México. El aire olía a lluvia y a asfalto moja
ro de esto,
ila, pero podía detectar una corrient
apenas un susurro. "Mañana. Todo t
una p
, dijo finalme
r por la ventana. La risa de Sofía llegó hasta mí, disto
ambición, la forma en que su mente trabajaba con la misma velocidad y precisión con la que yo fileteaba un pescado. Nuestro amor f
con clientes. Yo, ingenuo, le creía. Le creía porque la amaba, porque no podía concebir que la mujer que dormía a mi lado pudiera mentirme de esa manera. El nombre de Ricardo empezó a apar
. Decidí que necesitaba saber la verdad, por dolorosa que fuera. Una noche, mientras ella se duchaba, revisé su computadora portátil, que siempre dejaba abierta. No buscaba
e susurró algo al oído. Ella se rió y echó la cabeza hacia atrás, contra su pecho. Luego, él la besó. Un beso largo, profundo, hambriento. No fue un error, no fue un impulso. Fue la familiaridad de dos personas que habían hec
baño, envuelta en una toalla, sonr
ije, mi voz sonando ext
se
mor. Acabo d
Ricardo, un aroma que ahora asociaría para siempre con la traición. Ella se acercó para abra
semana después. La escuché hablar por teléfono en el vestidor, creyen
No sé cómo... Sí, estoy segura. El doctor
o fuera, mientras ella y Ricardo se reían de mí a mis espaldas. En ese instante, el amor que sentía por ella murió. Se convirtió en ceniza fría. Y en su lugar, nació un plan. U