Justicia para mi hijo
dole como un carbón al rojo vivo. Se sentó en el borde de su cama deshecha, con la mente en un torb
ntraseña de sus redes sociales, era el nombre de su primer perro seguido del año en que
e de riqueza y felicidad artificial. Fotos de viajes, de cenas en restaurantes caros, de fiestas exclusivas.
otra oleada
Un video, publicado hacía solo dos meses. La fi
o al
e colores, un pastel gigante. Y en el centro de todo, Mateo, levantando a Santi e
Mateo, con una voz llena de un car
ió, y por un momento captó a Mateo e Isabela ha
. ella?" , preguntó Isabel
l mismo drama de siempre. El niño, el dinero... Es como
ofía se hizo un
ta. Tan ingenua. De verdad creyó la historia del arqueó
esos a Sofía. "Ese niño siempre fue un ancla, enfermizo desde el prin
err
Sofía, una y otra y otra vez. Su
emblando violentamente. El dolor era tan inmenso que no podía grit
ndo. Un juego diseñado para despojarlos de todo, de su dinero, de su casa, de su dignidad, y finalmente, de su propia ex
njuntos hacia cuentas controladas por Isabela. La deuda que la ahogaba era el dinero que ellos estaban usando para construir su n
lla del teléfono. Mateo riendo. Isabela sonriendo. Santi abriendo
vía la mirada era una extraña. Tenía los ojos hundidos, la piel pálida, los labios agrietados. Par
ía por sus venas, quemando cada célula de su ser. Estab
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