Herencia Oculta: Mi Dulce Venganza
só su propia llave, como si nada hubiera cambiado. La encontré en la sala cuando
cardo?", soltó, su voz aguda y cortante. "¿Cómo te
? Sofía, por favor. Llevo años aguantando las humillaciones de tu familia. La
s! Mi primo solo estaba jugando, y
iera nada. Su manera es endiosar a un vago que vive de ustedes mientras a m
ad que habíamos compartido en ese mismo espaci
e entendiera que no era un berrinche, que era una decisión fin
s. La ira en su rostro se trans
icardo! ¿Vas a tirar diez años a la basura por una cena estúp
izar mis sentimientos, solo reafirmaba mi decis
sentir que tengo que pedir perdón por ser quien soy. Es por la forma en que tus ojos brillan
la, las palabras saliendo de mí como un
n peso, y tú decías que admirabas mi pasión. ¿Qué pasó con eso? ¿En q
solo me miraba con
fue al funeral. Tu tía Elena dijo que era 'demasiado deprimente'. Y tú te fuiste a Acapulco con Ed
una claridad dolorosa. Fue uno de los momentos más solitarios de mi
o, Ricardo...",
n todo. Cuando tu abuela enfermó, cuando tu papá tuvo problemas en su empresa.
s, de todos los sacrificios unilaterales. Fi
, el dinero de la herencia de mi madre. Lo puse a tu nombre porque te amaba, porq
como si mis palabras la hu
rme, sin rastro de duda. "Quiero que firmes los papele
ó y fue reemplazado por una mueca de desdén, una arroganci
estaurante? ¡Ni en tus sueños, Ricardo! Legalmente es mío. Me
a mujer que amaba, o la mujer que creía amar, ya no existía. O quizás nunca exi
uestro futuro. Un futuro que ya no existe", repl
Debiste pensarlo mejor. Ahora, si me disculpas, tengo c
ero, la de su departamento. Luego miró la
ió con una sonrisita triunfant
to, la vi por lo que realmente era: una extraña. Una ex
ibunales, Sofía",
tuvo, pero
ef", respondió con sarcas
lla, dejando un silencio que, por primer