Alma Rota, Venganza Divina
os, un dolor sordo y constante que ya era parte de ella. Llevaba tanto tiempo en este lugar que hab
celda, el chirrido del metal oxidado al abrirse era
ba consuelo, solo mostraba un desprecio profundo. Valeria vestía sedas finas, su cabello estaba adorna
voz era dulce pero cargada de veneno, "¿todavía su
el silencio era su única defensa, cualqu
s Ricardo pregunta por ti, pero yo le digo que estás bien, que estás meditando y
herida abierta. Ricardo, su prometido, el
a, con una sonrisa torcida. Hizo un gesto y una i
jos forzados, sus cuerpos delgados y sus rostros marcados por el sufrimiento. Estaban
para dañar a Ricardo," explicó Valeria con calma, como si hablara del cli
grito desgarrador escapó de su garganta, un sonido animal de puro dolor. Había sopo
Sofía, tratando de levantarse, pero las
Claro que no hicieron nada, pero alguien tení
e llenaba el pequeño espacio. Vio a Sofía en el suelo, llorando descon
untó Ricardo, su voz era
ofía, a tratar de convencerla de que recapacite, pero en cuanto me vio, se p
ción y fastidio. "Sofía, ya basta de este e
, decirle que Valeria era una mentirosa, una víbora que los había envenenado a todos, p
aban en la puerta, "que la encierren en la celda de ca
suelo sucio. Mientras la sacaban, escuchó a Valeria decirle a Ricardo, "No s
ía esperanza, no había nada por lo que luchar. En la oscu
ón que ardía en sus ojos. Ella, también arquitecta, vio en él un alma gemela. Se enam
oqueado, no podía encontrar la inspiración. Fue ella, Sofía, quien pasó noches en vela dibujando, calculando, creando un d
ará," le dijo ella, con el c
encionó que el diseño era de ella. Valeria, que siempre había estado a su lado, la conso
icardo y Valeria comenzaron una aventura a sus espaldas. Eran tan
xnovio de la universidad, un hombre bueno y noble al que había dejado por
cardo, y sobre todo con Val
n, tomaron el coche. En una curva, a toda velocidad, chocaron
él había causado el accidente. Nadie los cuestionó. Sofía, rota por la culpa y el dolor, se aferró a
or otro lado, se hizo indispensable para él. Y Sofía, poco a poco, fue relegada, ol
, y la encerró en esta mazmorra, donde el espíritu de Miguel, transformado en el vengativo Charr
a, completamente sola. La traición la había consumido, el dolor la había vaciad
par. Dejarlo todo atrás. Renunciar a esta vida, a este amor, a