Un Salto de Mi Amor
con una esperanza desesperada, tal vez Mochi h
a casa con una pequeña bola de pelo blanco en sus brazos, "Para que nunca te sientas sola," h
ura, un recordatorio de la cruel
in vida, Ximena se arrodilló a su lado, las lágrimas corrían libremente por su
usurró, acunándolo contra su
erpo sin vida de su única comp
ueña tumba debajo del árbol de jacaranda, el mismo tipo de árbol bajo el cual
ió con cuidado, no dijo ninguna oración, no tení
la estaba esperando, su expresión
baja, asegurándose de que nadie más pud
miedo, un miedo que no habí
ontinuó Valeria, saboreando cada palabra,
eguntó Ximena, su vo
cero, "Julián todavía siente algo por ti, puedo verlo en sus ojos, esa lá
o, hazlo rápido, un pequeño accidente, una sobredosis, lo que prefieras, si lo haces, me as
dad, de tu 'noble sacrificio' , imagina el dolor, la culpa que sentirá por el resto de su vida, sabiendo
"Tienes hasta mañana por la noche para decidir, p
posible, la vida de Julián, libre de culpa y dolor, o su
osa que fuera, era cla