El Monstruo en Casa
ato para salvar a mi familia de la ruina, c
ticia del divorcio no me sorprendió, me alivió, un boleto
su hermano -o algo más-, cuya enfermiza devoción
rzó a tomar pastillas que arrancaron de mi vientre al bebé que h
ger al monstruo que me arrebató a mi bebé por encima de mí, fu
ente, primero con un matrimonio sin a
daría de brazos cruzad
en una furia fría y mi
mi vida, sino para enfrentar a quienes me han lastim