Venganza Cruel a mi Mujer
mplo de cristal y acero, un mo
as de champán en la mano, sus risas y conversacio
un fantasma en una fiest
resentándome como "mi talentoso esposo, el curador", pero
onces
mol negro, bajo un fo
dián Sil
esencia llenaba la sala, sus ojos de arcilla pa
la p
ma que había sido robada del museo na
brí paso entre la multitud, ig
destal, presumiendo ante
n su voz grave y engreída, "Una verdade
voz lo suficientemente alta como p
o cayó sob
ente, una sonrisa conde
, ¿nos co
e frente a él, "El hijo de Ernesto de la C
de Vargas
e su jardinero, "Escuché sobre la tragedia, mis condolencias,
ultura, "Fue robada del Museo Nacional, y usted la
da, una risa fría y crue
e una casa de subastas en Suiza, tengo los papeles para pr
i lado, su rostro pál
i brazo, "¡Estás haciendo el ridículo! ¡Di
, su voz goteando fals
o, no ha estado bien desde lo d
ñado para despojarme de mi cordura, para conve
oz temblando, "Y no me voy
o dos hombres enormes, los guardae
los brazos con
or la galería, pasando junto a las caras
era y me arrojaron al paviment
sacó el aire d
er, mezclándose con el sudo
a, su silueta recortada co
de pánico, sino de
", dijo, su voz cortant
acones resonando en el
entrometido que consig
me atascó en
. qué d
a a champán caro y a veneno, "Te juro que lo próximo que le pasará a tu quer
ro y helado,
fí
a sensible que no tenía nada
a imponente de Vargas lle
cia total, como si estuviera viendo
cia mí con una c
o una
to de cuero italiano y lo e
egador explotó en
no se
a su fiesta, dejando que Laura me observara por un úl
cuerpo roto y el corazón hecho pedazos, mient