Cenicienta Empresaria
ta en el lujo" con una ded
primera pregunta a Alejandro e
z más encantado con
orazoncito d
onvertible, a pesar de q
con mis zapatos nuevos!",
diamantes que co
ta noche. No quiero
ia silenciosa para mí. Cada objeto era un activo
tanto,
a Alejandr
a demasiado ocupada probándome ropa para notarlos. Los veí
nudo parecía enojada, señalándome con la cabeza. Alejandro parecía más...
o. La apuesta que los había un
ve una ide
ras desayunábamos en la terraza. "
l, sin levantar la vista d
volver a
el periódico. "¿A l
e esa chica estirada, Camila, y mi
a pequeña Cenicienta volvía al baile para restregarle su nueva vida en la cara a sus
, mi amor. Vístete con
diamantes y el bolso de cocodrilo. Camin
rme entrar del brazo de Alejandro Vargas. Mi ex
nrisa radiante. "He venido a c
nda, señalando a
un par de aquellos zapat
ra, que me miraba con una
ate de que esté bien frío", le dije, imitando
Pero era parte de mi papel. Era lo que Alejandro y, por extens
ero del auto lleno de cajas y b
eíble! ¡La car
una suma considerabl
ome un ojo. "Por la exc
le di las
no" a una cuenta de inversión que había abierto bajo un nombre falso.
iera en ese momento, Camila estab
social exclusiva para la élite.
aba de mí: yo con bolsas de compras, yo en
ibía comenta
llorará durante una sema
ablemente intente aferrar
ca! Puedes sacar a la chica del barrio, pe
aban comentarios, hacían apuestas sobre cuánto tardaría en derrumbarme cuando Alejandro
ncón de internet, observando mi "ca
iencia, la única que importaba
la producto