El Precio de Tu Engaño
: una fortuna a cambio de su vida. Desde ese día, la vida de Sofía se convirtió en una carrera sin descanso contra el tiem
o a su hij
ispensario público fue brutalmente honesto: desnutrición severa, un sistema inmunológico devastado. Le recetó vitaminas y una dieta rica en pro
llo de su pantalón desgastado
a de toser y tiene fiebre muy
negociando y salió corriendo, empujando a la gente, sin importarle los in
to yacía en la cama, su pequeño cuerpo temblando, sus labio
El trayecto al hospital fue una tortura. Pedrito se acurrucó en su pecho, su respiración cada vez más débil. Ju
ro ya era tarde. La enfermedad, agravada
vacía, rota. No lloró. No tenía fuerzas. El dolor e
cía una broma cruel, y una pequeña caja de madera con las cenizas de su hijo, fue al
nte, un auto de lujo, un Mercedes negro reluciente, se detuvo a unos metros
conductor se abrió
n gel y en su muñeca brillaba un reloj de oro. No parecía un hombre que hubiera
rmano. Su cuñada. Llevaba un vestido rojo ceñido y tacones de aguja. Se colgó
nido de las olas rompiendo contra el muelle se desva
sonrisa se borró, reemplazada
es aquí? Arruina
u mirada se detuvo en la ropa gastada de Sofía
e no era buena idea. Mira qué
a sintió que el aire le faltaba. La traición, la mentira, la mu
su voz ronca por el desuso y el dolor
u rostro era una más
estaba arreglado. Que los secuestradores me habían liber
voz. Solo molestia. Como si la pres
ntó la caj
Vendí todo. Trabajé día y noche. Junté el dinero
se. El nombre de su hij
s estaban fijos en el rostro de Sofía, co
des es mucho más lucrativo de lo que pensaba". Se rió, una risa hueca y cruel. "Le prometí a Elena una vida de luj
Sofía y Pedrito e
secuestro, todo había sido una farsa. Una mentira cruel
una rabia helada. Mientras ellos vivía
por el muelle. No miró atrás. Detrás de
ofía, espera! ¡No
ra, del engaño, del hombre que había destruido su vida. En sus br
rido ir. Se sentó en un columpio oxidado, el metal frío contra su piel. Abrió la caja. El viento marino se llev
", susurró al vient
benéfica. Allí estaba Ricardo, sonriendo a las cámaras, con Elena del brazo. El titular decía: "El filántro
ue se dobló, vomitando la poca comida que había ingerido. Su cuerpo enter