El Precio de Amabilidad
alena asomando por la mochila de Máximo, mi hijo de ocho años. El logo
esto?" le pregunté, intentan
sus pequeños homb
má. Tenía mu
grieta en los cimientos de honestidad y fe que me esforzaba por construir para él. Su padre, trabajando en la con
el dinero que había apartado para la ofrenda de la iglesia de
use en
"Iremos a la panadería. Le devolverás el pastelito, te disculparás con el señor y l
jos llenos de lágrimas, p
, m
rror, estábamos en el camino correcto, el camino del arrepentimiento y el perdón que m