icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

La Bailaora y el Heredero

Capítulo 2 

Palabras:1053    |    Actualizado en: Hoy, a las 17:26

te de e

el confinado espacio del coch

tra las costillas. Estaba acurrucada contra él, su mejilla presionada

salto, como si s

ó, con la cara ardiendo de vergüenza. "

ra un látigo. "Si vuelves a intentarlo, te juro

romeaba. La humillación era tan intensa que deseó que la tierra se la tr

" susurró, más para

a una mezcla de satisfacción y algo más, algo que no quería nombrar. Se apartó aún más, pegándose a

no podía negar la cruda atracción física que sentía. Era alto, con hombros anchos y una presencia imponente. Su

zuela. Cualquier sentimiento que pudiera tener era una locura, un camino d

o no volvió a mirarla. Simplemente condujo, cumpliendo con s

ñendo el cielo de tonos anaranjados y púrpuras. El cortijo era magnífico, una fortale

e, la famil

gante y perfecta en un vestido de diseñador. A su lado, l

," dijo Sabrina, con un tono de fingida preocupación. "He oído que

mano. "Tu padre y tu madre tienen un sentido del deber. Per

rtis, el capataz, abri

ido no podía ocultar su belleza natural. Tenía el pelo oscuro y ondulado, ojos

za salvaje, sin pulir, que hacía que la elegancia estu

sirvientes. "Es más guapa

se afinaron en una línea delgada. La envi

n voz alta, para que todos la oyeran. "Sin educació

Eran personas de la alta sociedad, atrapadas entre su afecto por

ora Castillo, su voz amable pero distante

spondió Luciana, su v

ahora que estás aquí?" preguntó el s

rbilla, una chispa de

a Compañía de Danza

tó una risi

flamenco? ¿Sin formació

si fuera el sueño ingenuo de una niña. El

encendía en su alma cuando bailaba. No sabían que era una escritora de misterio con un seudónimo secreto, "El Cuervo de la Giral

La diversión inicial se convirtió en cálculo frío. Esta chica no

dijo Sabrina, con una sonri

, pequeña y austera, muy lejos de la lujosa suite de Sabr

rina, abriendo un armario. "Te he dejado alguno

us dedos encontraron el desgarro. No era un accidente. Era un corte limpio y deliberado, esco

e la observaba con una exp

ana, su voz tranquil

atisfecha. La tra

ra una experta con la aguja y el hilo, una habilidad aprendida por necesida

esa trampa en su

Obtenga su bonus en la App

Abrir