El Despertar de la Esposa Perfecta
iguiente, apareció en la fi
blado con un buen abogado
o". La palabra parecía extraña, extranjera. Durante d
?", preguntó M
"Más que
he. Me encontró en el salón, c
preguntó, deja
spondí, y le te
e incredulidad cruzó su rostro. Luego
¿Tú? No seas ri
, Alejandro. Qui
Mancharías el nombre de la
una jaula. Y ya no
cubriéndome. Su voz se vol
la hija del capataz. Volverás a no
er nada a seguir
a vez en diez años, no bajé la mirada. Lo sostuve, sintien
los papeles a la chimenea. "Ahora,
las escaleras, dando po
enizas de los papeles y supe q