ALIANZA LETAL
sta
mansión. Salir a escondidas de un lugar custodiado por cientos de hombres debería ser difícil, pero
en la que vivo, de la jaula en la que estoy encerrada. Pero sé que, si le pido al abuelo que me deje salir sola, su nega
puse en es
por las calles con miedo, todo por la maldita guerra que parece no tener fin. Debería quedarme en casa, pero siento
y en
se
a nueva
este maldito sentimiento me asfixie. Al punto de que, cuando encuentro la motocicleta
tá en pie. La cicatriz de mi mano derecha comienza a molestarme, y por eso hago rugir el motor de la moto, acelerando a toda veloc
de perra
recta, pero siento que la sangr
la Cosa Nostra. Ha sido el Don desde que tengo uso de razón. Mi hermana y yo fui
é a pedazos y rota, yo, que caí en medio de la locura
de que mi respiración está agitada, pero la conversación que tuve esta ta
en des
hombre, pero lo despiadado es lo que más se destaca. Mi abuelo dice que es un hombre que es mejor no tener de enemigo, pero su p
o en tensión al peor enemigo que he conocido en la vida, quien
eza, pero ahora lo será aún más al un
as que tienen más influencia. Pero ahora, una
a en p
años no sueño con llegar a vieja. Y sé que, si algo le sucede al abuelo, la poca ventaja que nos queda morirá. Porque nadie respeta a una mujer en las mafias. Nu
o mi teléfono suena que reacciono al clima. Lo saco de mi chaqueta, vien
aquí. Una sola advertencia, A
el pitido que me avisa qu
noche... Creo que es hora de volver a
lerta y miro a todos lados, pero solo me cubre la oscuridad y la soledad. No hay una sola persona cerca, p
mucho cuando enciendo la moto de regreso a la mansión. Sé
me retumba en el pecho. No lo pienso mucho, dejo una mano en la moto y la otra en el arma que tengo en la chaqueta. La saco sin dudar y reduzco la velocidad.
o acelero aún más para llegar a casa. Cuando finalmente lo consigo, giro la
sobre todo en uno que hace un sonido repugnante. Con el enojo que t
mento con una sonrisa en los labios. Lo dejo tirado, sangrando, y entro
usta que, cuando paso, haya sonidos extra
en a ese bastardo. A mi principessa nadie le mira siquiera -gruñe
día, ¿no? -él me o
ntrar a la sala y vernos. Se acer
as. Valentina es la mujer más hermosa dentro de la familia Mancini, con un rostro que la hace parecer un ángel; ella siempre se ve pura y pulcra. Cada rasgo de su rostro está perfectamente definido
daba valor para que un hombre me considerara digna de su atención. Así que soy la deshonra, porque a mis veinticuatro años aún no estoy cas
familia. Cuántas ve
se encargaron de hacer que el poco respeto que había por mí se pe
s, lo sig
fijamente. Me tenso cuando él levanta un sobre-. ¿Saben qué es esto? -inquiere, mostrándom
egunto, completamente tensa. Valentina sigue sentada
hermoso que hay en la familia. Es la mujer más bella de la mafia italiana. Dos años menor que yo, pero sé que ella es capaz de pon
endrá que salir algún día, aunque eso
sa Nostra -todo mi cuerpo entra en tensión, y observo a mi hermana peque
, porque Valentina es todo lo que los hombres quieren. Trago en seco al verla, y la necesidad de proteger
ue una alianza es lo que necesitamos ahora que estamos en peligro. Una al
i hermana se filtra en el espacio. El
te han pedido a ti. Él vendrá en una semana para la boda si quere
iempo -con pes
odo el poder que podamos, ¿lo entiendes? -cuestiona.
e. Aunque siempre sea como un dulce ángel, nuestra madre siempre le hizo saber que a su lado deb
e muerdo los labios, mirando fijamente al abuelo. Hay un
cabeza y caminar por donde vino, observo a
urro, sin esconder lo tensa que est
niega con
ese hombre nos ayudará en la guerra que se avecina -me siento tan c
sanguinario. ¿O no escuchas todo lo que se dice d
ones. Buenas noches -esa es la forma
antes de subir a buscar a mi hermana. La encuentro
s mientras me mira. A pesar de que diferimos muchas vece
en los labios que me hace sentir una mala hermana por no compartir su felicidad. Porque solo pienso
a ti, Val
liz con la noticia, la parte oscura
ca, nadie me va