Jelly amor
crema de almendras y esmalte fresco llenaba el aire, mientras la luz cálida acariciaba cada rincón perfectamente l
cadas líneas blancas formando mariposas miniatura. El estilo estaba de moda en TikTok, y
a, una influencer de modas con stories diarios y novios rotativos-.
isa. Mantenía la voz suave, profesional. Pero
l arte minúsculo, el cont
la puert
eviste a salir
y empleadas se giraron al unísono. Aitana se quedó paraliz
rabia pura. Alta, cabello perfectamente liso, rostro de modelo... p
como si invocara una maldició
cir Aitana, con la voz más b
anicura como un huracán sobre ruedas-. ¡¿Creías que no me iba a dar c
, con su clásico reloj negro. La de ella -¡la suya!- con el diseño que
interno d
e pedí que no lo hiciera. Le dije q
su voz tembló. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero no la hicieron menos
Hasta los secadores de
o juro -dijo Aitana, su voz ya era un susur
lloraba sin intentar disimularlo-. Todas las tipas como tú se hac
no una de las recepc
nó sobre la mesa de Aitana, apenas u
lá te rompa el corazón y te deje llorando como una imbécil
gó saliva
ogo i
to es una pesadilla. ¿Cómo llegué a esto? Sol
al instante, caminando rápid
inaceptable. Debe r
o-. ¡Ella debería irse! ¡Ella! ¡Esa traicionera!
co de esmalte fucsia y lo arrojó al suelo. El vidrio
EGURIDAD! -gri
surados y escoltaron a la mujer fuera, todavía gri
enc
mano. El corazón le martillaba las costil
ó hacia ella con la
a clienta. Esto no puede volver a repetirse. Es una
sin poder hablar. Su
mano dentro de la lámpara UV
estuvo..
bra. Fue directo al baño. Cerró la p
ió en
gno. Fue uno feo, tembloroso, con
ogo f
uñas. Solo quería crear belleza. Y ahora... ahora soy la otra. La idiota.
las mejillas empapa
o me vuelve a
que eso era una promesa rota