La Escritora Del Diablo
oria. Es lo que soy y lo que he hecho." Mi respiración se hizo más pesada al comprender que lo que él decía no era una simple advertencia. Estaba jugan
rga y deje que mi cabeza caldera encima del tecl
e él cuidadosamente ocultaba. La pregunta era: ¿cuánto de mí misma estaba dispuesta a perder en ese proceso? Gael no
de la manera en que yo había planeado. No se trataba solo de contar lo que él había hecho o lo que había sido. Era como si cada palab
presencia me envolvía, y podía sentir su mirada clavada en mi espalda. No me atreví
on él? No podía ser. Gael era un enigma, una fuerza imparable de oscuridad y poder, mientras yo
o cada palabra era como un peso en mi pecho-. Escribe porque quieres entender. Porque quie
s de Gael. Quería preguntarle qué significaba todo eso, pero me di cuenta de que nunca obtendría una respuesta directa
as ideas vendrán sola. ¿Me harí
ciente hubiera tomado el control y no pudiera detenerse. "Gael no busca redención, ni comprensión. Él solo quiere que el mundo se rinda ant
nta de que ya estaba sola. El se h
puerta se abrió una vez más deja
te, su voz un susurro cargado de
o si el tiempo mismo se hubiera detenido. Gael se quedó allí, observándome, esperando. No sé cuánto tiempo pasó, ni qué ha
ra y de un solo tirón me dejó sobre el escritorio, nuestros cuerpos de pronto estab
Podrías caer sin
ento. Necesit
mosos por cierto, unos labios tentadoramente exquisitos y esa sonrisa...
ente lo que quieres
pecho. Su mano bajo a mis labios y delineó con su dedo índice líneas imaginaria, no pude evitar sol
rmosa, Daphn
reí que sus labios reclamarian los míos, pero no fue así.
das acaba
y aun así me permito sentir esto. Siento mis piernas temb
oy aquí para escribir tu his
de por si ya es bastante temido. Cuando lo
su fortuna es ridículamente grande en comparación
ués de unas horas que para mi pasaron dem
secreto de este hombre ta
me había movido de la silla. El escritorio seguía tibio, como si la electricidad de su cu
esta, Gael, que me has hec
latiendo de forma errática. Cada rincón de esa casa gritaba
dría comer en una semana, pero solo él ocupaba un extremo. Traje oscuro, camisa blanca
ra? -preguntó sin levan
Sus palabra, sus gesto, estaba perfectamen
r en casa de un extraño -cont
esa barrera... -dijo con una sonrisa lad
No iba a da
uó mientras cortaba su tostada
unión? ¿De
descubrir el secreto qu
impulsos, con mi curiosidad y mi ambición. Pero tambi
burrdo.- Está bien -dije derrotada y borrando mi sonrisa burlona al instante, ya no d
rás de esos ojos tan hermosos. Algo que no encajaba con su encanto
? ¿Hasta dónde estás dispue
sólo la curiosidad mató al
ás capaz de no enamorarte de
ue podía darte el cielo... pero tamb
tenía un