La Escritora Del Diablo
ensible. Mi mente estaba a mil por hora, tratando de organizar mis pensamientos, pero s
me atra
. No podía permitirme caer en su juego, no podía permitir que esa magnetismo entre nosotros tomara
dad que no podía ignorar-. Pero quiero ver si eres capaz de escribir s
o intenté que mi voz sonara firme, aunque sabí
pregunté, más a mí misma que a él, buscando una
stuviera buscando algo en mi alma. Su presencia era sofocante, como si me envolviera complet
ue soy... quiero que lo pongas en palabras. Y quiero que sepas que no será como lo
aire entre nosotros estaba cargado de una tensión palpable, y no era solo por la intensidad de sus palabras. Había algo
no dejaba espacio para dudas-. Quiero que escribas sobre la oscuridad, sobre lo que realme
sus victorias y fracasos, o algo más? ¿Esperaba que lo entendiera, que lo aceptara? Mi
Nadie lo es. Pero... ¿por qué necesitas que lo escriba yo? ¿Por qué me elegiste a m
in apartar la vista de mí. Sus pasos eran calculados, como si estu
ede ver más allá de las mentiras que todos creen sobre mí, no solo sobr
ntre nosotros era insoportable, como si todo fuera a estallar en cualquier momento. Mis pensami
ser sincera, tampoco conocia mucho de ti, ¿qué esperas que haga con e
go que no podía definir. Se acercó de nuevo a la m
. Pero no olvides, Daphne... Yo también soy el escritor de
de ella y aun no resp
pero me temen demasiado. Y tú
on un golpe directo. No sabía si debía sentir miedo o una extraña excitación por la forma en que lo decía
o no significa que no tenga miedo, Gael -dije, aunque mi voz ya no era tan firme como antes. Mis palabra
o, no le temes a nada.
iero escribir tu tonta historia, tu supuesta
aba a sus ojos, una sonrisa que de
Daphne -murmuró
e nosotros fue más pesado que cualq
a otra que haga lo que
ó solo para darme un ultimátum- por el momento escribe lo que ha pasado hasta ahora, lo que te parezca sin disfrazar la verdad y
ía dejar de mirarlo. Gael, siempre tan imponente, tan seguro, me había dejado sin opciones. Cada palabra que
rustración se apoderaron de mí. Me sentía atrapada entre
, pero mi voz se quebró, como si m
su mirada se oscurecía, más intensa que nunca. Se acercó nuevamente, pero
o que deja que algo tan sencillo como una negativa me detenga. Sabes que
ecuencias serían peores, pero algo dentro de mí seguía resistiéndose, una pequeña chispa de rebelión q
ra como si esa hoja vacía me estuviera desafiando también, como si es
scribir. Es una cuestión de control. De poder -dije finalmente, a
ó, como si cada palabra que yo pronunciara le confirma
de dominar tu propia voluntad. De hacer lo que tienes que hacer,
nación. Sabía que estaba rodeada, que cualquier resi
go. -Mi voz estaba llena de frustración, pero
mado, como si ya supiera
go. Y no vas a salir hasta que yo decida que es el momento. -Hizo
que acababa de suceder. La verdad, la oscuridad, todo lo que había querido evitar, ahora estaba en mis manos.