La Escritora Del Diablo
rrera de escritora se fue al demonio... probablemente seguiría pobre. Pe
ante que me dolieron los
reo era vago, la dirección demasiado elegante, y la recepcionista que me
o la culpo. Había usado mi último vestido decente, planchado con la esperanza de
raba encontr
oogleado antes de venir.
confidenciales. Básicamente, el sueño húmedo de los medios financier
sin siquiera mirar el
El sarcasmo es mi esc
turbadora. Como si hubieran diseñado a un CEO en
una historia
aunque últimamente
ordarme que esto
uede c
ato tenía mi nombre. Y el suyo. Y muchas cláusulas absurdas. Como mudarme a su
real. Legal. Ext
icio
ografía desde su
leto a su vid
ncialidad
l a mi libertad cr
una broma?
gar sus cuentas como para rechaza
l desprecio que una mujer ende
No vendo mi alma.
ijiste
erd
libre de ir
iera me miró a la cara, maldito
o escritora, tenía un maldito bloqueo creativo y sin ideas nuevas
esa forma. Y además ese tío
desp
i heladera un desierto, y mi d
buscar trabajos medio
ándo me qu
el ardor en la
imiento. Boca s
co. Olor a cuero.
el asiento
er, pero te dije que era hoy. Bienv
estuviera tan cerca
que tenía talento para
ertando en una cama tamaño imperio, con sábanas
eno? No est
r un CEO sexy con tendencias di
o. Todo era... elegante. Frío. Impecable
e abrió. Po
bara de comprar el lugar. Bueno
Te conviene comer algo -dij
. Pero más idiota seré yo al esperar
és de denunciarte?--le pregun
eguntó con una sonrisa
l enemigo. No demuestres debilidad.
ntras lo seguía, con pasos firmes y
o tengas a quién llamar? ¿O que tu contrato, ese que rechaz
uve en
e falsificaste mi firm
abajando para mí. Durante los próximos seis meses,
lo dije--. Gael se giró despacio, acercánd
rta tu libertad. La perdiste hace ti
o odié por
ra toda lógica, una parte
urante Michelin. Y yo, una escritora sin rumbo,
a, yo lo observaba. Cada movimiento suyo era
Era una maldita
su nuevo
omo a una escritora desesperada más, estaba a punto de
a de su tablet-. Te asignarán una oficina en el al
un abogado y una o
ería verse sexy con esa expresión, pe
guridad con tu nombre. Aunque, sinceramente, du
tás ame
ecordando t
ra tan caro y tan bueno. En su lugar, me limi
istoria -dije con la vo
resistas a hacerlo más tiempo tendras que pasar aquí-
por mi, y eso podria desat
ni una mascota que te ladre, ¿crees que le importas a alguien?- no mentia para mi gran
e ahora que si no empezaba a escribir su hi
ncorporó y observó mi reacción, pero no
ero no porque me lo ordenes. Lo haré para demostrar
estos peligrosos, como
¿Por qué crees que alguien c
o tan inflado que no
ue solo pueden contarse a través de una escritora quebrada,
aldito, me es
débil. La curiosi
y con esa maldita aura de poder me
u oficina, Daph
e f
escondidas, preguntándome en qué momento exacto vendí mi alma. O mejor dicho...
, estaba
una escritora obediente, estaba a punto de
ibía tr
a suya, sería la m