El Juego del Poder
ornadas con obras de arte contemporáneo, era el reflejo de lo que representaba Alexander Vaughn: poder, riqueza y control. Cada rincón, cada detalle de
as palabras de su tío aún resonaban en su mente, y el rostro de Alexander, tan frío y distante, seguía acechándola. Ella había sido
iferente al del resto del edificio. Había una tensión palpable, como si cada movimiento estuviera calculado y cada palabra pudiera tener
dad la envolvió. Su mano descansó sobre el pomo, pero antes de girarlo, un pensamiento cruzó por su mente. ¿R
ón profunda, giró
🔹
as panorámicas que ofrecían una vista increíble de la ciudad, cada detalle parecía decir: yo estoy en control. Alexander, sentado d
o grave, una voz que parecía dom
stura, pero sabía que Alexander podía leerla. No era solo su mirada afilada, era la forma en que el aire cambiab
una postura desafiante, pero sus manos estaba
tó Alexander, su voz carga
d, pero las palabras que salieron de su boca no fueron de duda ni de miedo. Fueron
nada sin saber por qué. Me dijiste que confiara en ti, pero ahora
. Durante un momento, la tensión en la sala aumentó, hasta que finalmente, él se inclin
pero con una claridad aterradora-. Y tú eres una pieza clave en esto. Tus lazos con
ersonas? ¿A qué se refería? ¿Sabía algo sobre su familia, sobre lo que Javier le había contado? No pudo evitar preguntarse
ra con más fuerza en su voz. La int
ría. Era más bien una sonrisa calculada, una que
ú crees que sabes es solo una parte de la histori
o, la sala pareció cerrarse a su alrededor. El hombre que tenía enfrente no solo era un CEO poderoso, era una f
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craban a varias familias y empresas, de personas influyentes que, al parecer, dependían de su juicio y poder. Pero más allá de los términos financieros y las jugadas de
por un largo momento antes de hablar nuevamen
cio para los que dudan. Si decides ser parte d
taba dispuesta a pagar el precio de esa alianza? ¿Estaba dispuesta a sacr
vacío. Los ecos de sus pasos resonaban, pero en su mente, todo
🔹
, preparando las cosas para el día, el teléfono sonó nuevamente. Es
firme, sabiendo que nada bueno
n profunda y grave que hizo que su piel se erizara-. T
o. ¿Quién era esa persona? ¿Por qué todo p
in darle tiempo pa
Samantha. Ni siquier
o, con más preguntas que respuestas. El peligro que había igno