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Entre las redes de la mentira: Todo por amor

Capítulo 3 La confrontación

Palabras:2047    |    Actualizado en: 16/03/2025

omo si el cielo decidiera derramar las lágrimas que Melani estaba conteniendo. Su corazón estaba lleno de una mezcla de tristeza, ira y confusión. Abrazaba su a

te, la única persona en quien sabía que podía confiar plenamente. Melani bajó con dificultad, sosteniendo su bolso con manos temblorosas, y caminó apresuradamente hasta la

a un kimono de seda en tonos carmesí con delicados bordados dorados, y su largo cabello negro azabache caía en una trenza perfec

alarma. Su voz era suave pero firme, con un l

iendo lo fría que estaba. Sin esperar respuesta, la atrajo al interior y cerró la puerta

eca, envolviendo los hombros de Melani. Se arrodilló frente a ella y le apartó con dulzura

o -le pidió con vo

contrar el valor para hablar. Cuando finalmente lo hi

-susurró con la voz quebrada, cub

to a ella en el sofá, tomándola de las

o, Melani. Est

su mente estuviera atrapada en un torbellino de emociones que aún no podía descifrar. No quiso presionarla; en ese momento, lo único que importaba era apoyarla. Le ofreció su casa, le pid

aunque las palabras parecían atascadas e

zo pasar por Luis. Todo este

entreabrieron, pero no emitió palabra de inmediato. Su expresión

se hizo pasar por Luis? Ex

a relatar lo sucedido. Su voz temblaba,

r. En el hospital, cuando abrí los ojos, al único que vi fue a Fern

umpir, pero su agarre en las manos de Melani

í ese día, pero no como un salvador. Fue otra persona quien realmente me ayudó, Luis. ¡Incluso

vó una mano al pecho, tratando de

? -preguntó, intentando entend

como si estuviera luchando

ortar la idea de que estuviera con otro. ¡Pero eso no justifica lo que

acariciando con suavidad la espalda

e calmarte para poder pensar con claridad. Esto es muy gra

sereno y decidido, le transmitía la certeza de que, a pesar del dolor, podría seguir adelante

no dejaba de reproducir cada mentira, cada engaño que había descubierto. El dolor en su pecho era insoportable, como si algo dentro de ella se hubie

almente, con el alma aún herida, tomó una decisión. No podía seguir hu

Fernando finalmente contestara. Su voz so

lani

Su voz era firme, aunque el nudo en s

ncómodo antes de q

uán

l parque cerc

ró al otro lad

quiero

Fernando. Solo quiero dejar l

Luego, su respu

aré

se. No quedaban palabras

en el suelo. Melani vestía un suéter beige de lana gruesa, jeans ajustados y botas negras de tacón bajo. Su cabello, suelto y ligeramente

an su figura esbelta. Su piel tersa y sus rasgos asiáticos destacaban bajo la luz difusa de la tarde. A pesar de su expresión serena, su

ero, camiseta gris y jeans oscuros. Sus manos permanecían en los bolsillos, y su postura tensa revelaba la inquie

ntes de apretarlos con fuerza. Fernando, por su parte, tragó saliva y trató de sonreír, pero solo logró un gesto tenso y torpe. S

que quisieras verme tan pronto... -comenzó

rrumpió, su tono cargado de dolor y rabia

pasando una mano por su cabello

plicarte. Todo lo que hice fu

stados y sus ojos se llenaron de

sino por la intensidad de sus emociones-. Te hiciste pasar por Luis, sabiendo lo importante que e

dedos salieron de los bolsillos y se crisparon levem

lejos, tan enfocada en Luis. Pensé que si creías que yo era

brazos y dejó escap

s puede significar algo? -Sus ojos brillaban con decepción-. ¡Me traicio

s ojos oscuros reflejaban una

llo. Estaba desesperado. Te amo tanto que no pensé en las consecuenci

a pocos metros, mantenía una postura alerta, con los labios apretados y los brazos cr

de manipular o engañar para conseguir lo que q

suspiro tembloroso. Luego los abrió de nuevo y dio un p

udiera retroceder el tiempo, haría las cosas de otra manera

ntento por contener su dolor. Finalmente, tomó aire y, con

que siento es dolor y decepción... -sus ojos b

hubieran sido un golpe directo a su pecho. Su rostro per

o un paso atrás-. Haré lo que sea necesario pa

do de recomponerse, mientras la

está d

nmóvil, sin creer lo que acababa de escuchar. Miró a Melani una última vez, como si es

ejó lentamente, con los hombros ca

a agitó su cabello, y por un instante, sintió que algo dentro de ella se desmoronaba y

so de su vida, pero aún quedaban

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