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Beltza

Capítulo 3 Dos

Palabras:1844    |    Actualizado en: 13/03/2025

on se encontraron con un

una punzada de dolor en mi abdomen que me devol

un asesino en serie hasta que uno de

sangre caliente salpicando contra mi piel, las heridas que me había provocado. Recordé absolut

ejó en claro que a alguien aquí le gustaba el negro, pues todas las paredes eran n

aba el lugar permitiendo que viera todo en la primera pasada.

despojado de mi ropa. La vergüenza me recorrió al pensar en que alguien me vi

ro. Mientras más subía más se notaba el parche en mi abdomen y aparentemente no era

jé el amplio cuello de la camiseta por mi hombro ha

unzadas en esa porción de mi cu

dos últimos hombres que habían entrado al callejón no los conocía de nada,

cuerpo fuera de la cama hasta que

emadamente largo se encontraba suelto y caía por

vanté sobre mis pies sintiendo la a

nes y no pude evitar llevar una de mis manos hacia mi boca para comenzar a cortar los extremos disparejos mientras me acer

saber en dónde estaba realmente y poder

e marcos dorados y repisas en el pasillo. Lámparas que colgaban del techo de color

comunes, pero ciertament

ica negra y comencé mi caminata hacia dónde se veía la salida del

na enorme y hermosa escalera con el mismo color de mármol y b

centro iluminando todo y mientras descendía p

é moviéndome hacia una sala en dónde se encontraba un enorme ventan

orrida de espaldas a mí. El humo escapaba de ellos y pu

na idea alertarlos, pero si estaba donde creía que est

ien era y me buscarían. No quería aumentar los problemas que ya t

bloroso parecía no ser

ue mis instintos despertara. Yo no era así; callada, te

personas en las mismas condiciones que yo para poder mantener mis pocas posesiones, había

primera semana en las calles. No había llorad

n manojo de nervios por e

a infundad

de algún lado y eso se había originado cuando ell

nas a las que la sociedad y el sistema de mierda de este país los aisló y se olvi

esa frase nunca había significado ta

icios de las personas que los retaban. El fuego era su mayor arma y según había escuchado

z y me volví mantequilla al tenerlos

ojos azules al igual que cabellos totalmente negros.

as cuadradas, sus narices perfiladas y sus cejas

ver diferentes grados de musculatura, aunque los tres eran fuertes y los tatuajes eran muy diferentes uno del otro. Esto

uita, has

pero sabía que eso solo era una fachada, según había escuchado era el más sádico de

z sonó temblorosa, dudosa y muy, muy ba

ajeron aquí para curarte y que

desapareció de sus labios. Incluso cuando le dio una cal

otros delante de mí regazo y agradecí que la camiseta

, pero algo en su tono me envolvió de una forma que no esperaba -estuvi

dieron mi mente. Inevitablemente me imaginé el escenario que él había creado para mí mient

muerte tan dol

que el mundo me pateara constantemente. Por lo que la primera forma en la que él me habría hech

e mi rostro mientras levantaba la mirada para encont

vertí mientras ret

a sin importarle si se apagaba y comenzó a caminar en mi direcció

rovocarás que esa herida se te infecte si

e ese hombre llevaba persiguiéndome. Estar vulnerable de esa forma no era una opción, pero ha

ducharme -fue lo ún

cuerpo, parecía agua de alcantari

grimas y miré al suelo sin

la, D

un par de pasos mientras m

e mí como agua helada y mis mejill

visto desnud

a el hombre que lo había alejado de mí, al mismo que ha

mayor de

fue imposible no revolverme incómoda mientras tratab

mayor, pero él continuó con su mirada puesta en mí,

on ella, no pue

runcido miré

o juguete -él neg

muñequita. Por eso q

, se

podría. Después de todo solo era una sin hogar y ellos eran l

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