CEO en la Lista Negra
ue había estado revisando durante horas. El relato de Alexander le daba vueltas en la cabeza, como una melodía oscura que no podía dejar de escuchar. Había algo más en su historia
un pasado trágico. También era alguien que había utilizado ese dolor para moldearse en algo imparable
ella le decía que de
, algo que aún no había descubierto. Algo más oscuro que se ocultaba detrás de
decidió dar
o en las
ecerle una perspectiva diferente, algo que quizás el resto del mundo no había notado. Cuando llegó, encontró que el edificio estaba en una zona olvidada de la ciudad, rodeado de tiendas cerradas y calles v
de turno? -preguntó Isabell
abello canoso y mira
quí, ¿en qué p
no perd
ace diez años, en el barrio El Sol N
el ceño, su expr
una noche que ninguno
unos segundos
dijeron las noticias, pero quiero e
o si pensara si debía abrir esa caja de Pa
este... este fue diferente. Las llamas crecieron mucho más rápido de lo normal. Pensamos que era un incendio acci
o observó
hizo di
su alrededor como si asegurándose de que na
llamada normal. Nos alertaron de que algo iba a pasar, pero no nos dijeron qué
tía la tensi
ué hi
las llamas ya se habían desbordado, y la mayoría de las personas ya est
? -preguntó Isabella,
s. No era natural. Y hubo explosiones. No grandes, pero pequeñas... como si algo dentro de las casas hubiera
a vertebral. Todo lo que había estado investigan
r Blake? ¿Qu
eros bajó la mi
ake esa noche. Pero sé que el hombre no estaba allí por casualidad. Nadie
lexander Blake no solo había perdido a su hermano en ese incendio,
nfron
biado en ella. Ya no estaba solo buscando respuestas. Ahora sabía que había algo mucho más grande
rada, la recepcionist
l señor Blake no está di
. -Isabella no estaba
z familiar de Alexander son
ieres, I
intiendo cómo su cor
que sucedió en El Sol Naciente.
e hizo que la tensión se volviera palpable. Finalmente, Alexander habló, per
rías hab
nazarme? -Isabella sintió cómo la
algo. Si sigues buscando, te vas a meter e
fono se
, mirando su celular. Y en ese momento, supo que hab
esa llama ardiente que había estado