CEO en la Lista Negra

go peligroso. Alexander Blake la había advertido, pero, como siempre, Isabella no sabía cómo detenerse. Ya no podía. Su curiosidad había sido

miraba por la ventana de su departamento, pensativa, su mente corriendo a toda velocidad. Había demasiadas piezas flotando en s

pasaban, Isabella sentía que la respuesta, la verdadera his

tacto que había hecho en la administración de la ciudad hace unos años. No la ha

o que estás buscando? -la voz en el

ntando mantener la calma, aunque su corazón se

Blake, en particular, no está muy dispuesta a dejar que los rumores sobre su pasado resurjan. Pero ha

e su cama, absorta, su mente co

hora más suave, como si no qui

taje. La verdad es mucho más sucia de lo que imaginas. Alexander Blake estuvo involucrado, y su familia estuvo detrás

procesar la información. No podía ser. No podía ser tan simple. P

ue sabe que estás investigando. Debes tener mucho cuidado. L

e intensificó en su pecho. ¿Alexander Blake había sido una víctima de su propia familia, o se había convertido en un monstruo

Isabella no podía dejar de pensar en lo que acababa de escuchar, pero necesitaba más pruebas. Necesitaba más que un

rontaci

a la verdad. La asistente de Alexander la miró con cautela, pero al ver la determinación en su rostro, no dijo nada. En lu

sta desde su escritorio, sus ojos encontrándose con los de Isabella con

-Su tono era el mismo, arrogante, desafiante. Pero había algo en su po

azos y se plantó fren

odo lo que pasó esa noche. Y todo lo que tu familia está tratando

segundos parecían alargarse hasta volverse infinitos. Fina

le hizo tensar la mandíbula-. Lo que has estado investigando es solo la

rza, pero su mente estaba completamente centrada en lo

solo un incendio. Y lo sé porque alguien más lo ordenó. No fuiste solo una vícti

ento, cruzó sus ojos. Por un segundo, el hombre arrogante y distante que ella había conocido desapareció, dejando a la vis

baja, grave, pero no de amenaza, sino de advertencia. Como si de alguna manera

, la curiosidad, el miedo... Todo eso se mezclaba dentro de ella. Pero no podía parar.

ander. No puedes detenerm

Alexander se

Si sigues adelante, todo cambiará. Y

do, no pudo evitar sentir que estaba pisando un terren