El Guardián de la Sangre Prohibida
ison Col
ía noté que Emma estaba en la puerta, esperando con varios aromatizantes en las manos. Parecía lista para la batalla que
rlotte y yo trabajamos juntos, aunque el cansancio del viaje y la incomodidad de la situación pesaban sobre mí. Charlotte a pes
ltraron a través de las cortinas, despertándome de un sueño intranquilo. Sentía el dolor en mi cuerpo tras el largo viaje; el cansancio se había
íz. Empezamos a organizar y limpiar cada rincón. Ethan, Matthew y yo nos encargamos de las tareas más pesadas mientras E
era un intento desesperado por dejar atrás el pasado y comenzar de nuevo, incluso en un lugar tan caótico como este mientras or
ada de las personas que más me importaban. Y eso al menos por ahora, era suficiente pasamos el día entero limpiando, arreglando y haciendo todo lo posible
ormir sola en un lugar que, aunque modesto era mío. Ese espacio se sentía como un símbolo de mi
desde que llegamos a Inglaterra. Aunque había conseguido una habitación solo para mí el miedo y la incertidumbre por no tener empleo
eto, al igual que él me conocía a mí. Éramos inseparables o al menos eso pensaba hasta que descubrí su traición. La noticia de su infideli
ruido juntos. Pero lo peor vino después la furia y el desdén en sus ojos al intentar abusar de mí fueron como u
a entender cómo se había recuperado tan rápidamente del golpe que le di en sus partes íntimas aquel día. Había sido un acto reflejo apren
idad siempre sentí que él era la persona que más me odiaba en el mundo. ¿Cómo no iba a odiarme si nací el mismo día en que murió el a
a su manera, pero yo nunca lo vi así. En los cumpleaños de mis hermanos él siem
hermanos tratando de hacer de mis cumpleaños algo especial, pero yo no podía evitar sentir la falta de mi padre él nunca asistió a mis presentaciones escolares ni aplaudió m
rebatado a su madre y a su hija. Mis hermanos siempre insistieron en que no era mi culpa y mi abuela también, aunque su afecto parecía estar detrás de una barrera