LA ESPOSA ELEGIDA PARA ÉL CEO
de la alta sociedad no querían perderse el evento que marcaba el regreso de la familia Granville al panorama empresarial inglés, después de todos los actos ocurridos la separación de la familia Dav
a Granville se erguía con una prese
rófono y dirigió una sonrisa medida a los asistentes. Su voz, firme y melodio
una reivindicación. La familia Granville ha soportado los altibajos de los tiempos, pero como el ave fénix
ia, durante años fue catalogada y coronada como la joven más hermosa inteligente capaz y audaz para los
olveremos a ocupar el lugar que nos pertenece en el mundo empresarial. Recu
esiva hacia sus antiguos rivales. Otros, como Eda, solo escucharon la ambición empresarial. Pero
es, sino las conexiones que nos definen, los lazos que alguna vez tuvimos y que nos dieron fuerza, pero se han desvanecido. Y esta noche, no solo celebro el reg
u gran amor, con su impecable porte y la misma sonrisa encantadora que alguna vez había pertenecido a Patricia. Eda no se percató de la dir
Patricia descendió del escenario con la gracia de una reina b
intentaba convencerse de que no había nada de que preocuparse, no podía ignorar el extraño nudo
fijos en Christopher como si el tiempo no hubiera pasado-. Me alegra ver que algunas cosas p
de Patricia parecía una daga envuelta en terciopel
ullosa de Christopher. Él siempre
en el aire con un peso que E
uestro país nuevamente - Christopher prácticamente Eda podría decir que su marido no quería que Patricia interca
bras, pero para Eda era evidente cómo Patricia lograba envolver a Christopher en una conversación que la excluía poco a poco.
atricia estaba jugando un juego, pero no estaba dispuesto a ceder terreno. Aun así, l
minó la conversación con un ligero
, Christopher. Y tú también, Eda, claro. Será
rapada entre el desconcierto y la inseguridad. Mientras tanto, Christopher obs
ión, pero era demasiado ingenua para comprender la verda
uso que Christopher quería quedarse para estar con Patricia razón por la cual quer
viarme a casa de hecho los tacones ya me está
la espere allí. ¿Para qué querría Christopher que ella la espera allí no era más fácil enviarla ya con el chofe
echosa aquella copa que le estaban ofreciendo, pero no quería dejarse ver como una persona diríamos amargada entonces, ya que su ida a casa estaba cerca no veía ningún i
a decisión de apartar la mirada de allí, no quería que Patricia la pillara observándolos y mucho menos que su marido la viera entonces e
iel. Su respiración comenzó a acelerarse, cada bocanada de aire insuficiente, incapaz de calmar la creciente presión que se acumulaba en su pecho. Al principi
nsión se volvían más intensas, más vivas, casi deslumbrantes. Cada sonido, el tintineo de las copas, las risas l
recuperar el equilibrio. Su cuerpo no obedecía; su corazón latía c
s su mirada se desenfocaba. Su vestido, que antes le parecía ligero,
vitados que estaban en las cercanías. Sus pasos, apresurados y erráticos, resonaban contra el suelo de mármol mient
a hacía jadear. Se llevó las manos a los brazos, tratando de calmar los temblores que ahora recorrían todo su c
mansión, que desde su llegada le había dado un aire de grandeza y sofisticación, ahora le parecía un laberi
El sonido del cristal rompiéndose fue un eco doloroso en su cabeza, pero no se detuvo. Su única m
piro momentáneo del caos que sentía. Se dejó caer en un sillón, hundiendo el rostro entre sus manos.
que de ansiedad ni el resultado del alcohol. Algo había
e fresco de la noche acarició su rostro, pero no fue suficiente para apaciguar el incendio dentro de e
ie. Sabía que no podía quedarse allí. Si no hacía algo, si no encontraba ayuda o una forma de liberar esa energía que la consumía, no sabía cómo terminaría la noche. Ella
ó como un relámpago. Aunque su mente estaba nublada, una certeza frí
de la mansión, se preparaba para enfrentarse a lo que fuera que la hab
ión en donde ella se había metido fue abierta, Eda pudo enfocar con dificultad la fig
istopher avanza de inmediato hasta ella, p