LA ESPOSA ELEGIDA PARA ÉL CEO
hora de abandonar la fiesta posteriormente el chofer acerca el vehículo del homb
Su mente estaba ocupada en la mujer que tenía a su lado. Ella había empezado a reír de manera excesiva en el vehículo, sus ojos brillantes de una c
nquera en su voz. Ella giró la cabeza hacia él, sus ojos
mi ser-respondió ella, su tono juguetón iluminando el ambiente. El hombre frunce el ceño al escuchar que su esposa le decía Chris, definitivam
torbellino de emociones. Se acercó más a él, rozando su brazo con los dedos, un roce que era al mismo tiemp
lo que lo inquietó aún más. La llevó de la mano hasta el interior de la casa. Pero también, él no podía ignorar el magne
era en la habitación matrimonial utilizada nada más por su esposa. Eda se giró de repent
ó, la respiración ligera y rápida-
n una fuerza innegable. Se acercó a ella, sintiendo el roce de su piel, el calor que emanaba de su cuerpo. Se sint
ella con una destreza que él no había anticipado. Sus labios se encontraron, timidamente al principio, pero pronto se
l se inclinó sobre ella. Las manos de Christopher exploraron con mensura, sintiendo la suavidad de su piel, la forma de su cue
a lo asaltaba, sintió que la ne
ella, y en su voz había un an
arte de otra manera - sugiere e
esito - el hombre se quedó callado la fuerza de su autocontrol se est
udarla entonces Christopher toma la decisión de ceder y corresponder a la petición de su esposo lentamente las prendas fueron desapareciendo las caricias se hicieron más
on, la unión de sus cuerpos fue pura y sincera. Christopher sintió cada latido de Eda, cada susurro de su cuerpo contra el suyo. La descubrió completamente; su forma de moverse, d
golpeó con la intensidad de un rayo. Cada roce, cada susurro, cada gemido era dulce y nuevo para ella. La responsabilidad de ser su primer hombre lo inva
er se dio cuenta de que había más en Eda de lo que él había imaginado, y en su inocencia, encontró una profundidad de amor que no
sudorosos los labios ansiosos por volver a tocarse, el choque frenético de sus cuerpos inundaba la habitación mientras la tenue luz de la luna se infiltra entre las cortinas, Christopher pese a
do Christopher se sienta en la cama llevándose el rostro entre las manos, posteriormente se coloca de pie observando a Eda, el cuerpo desnudo de su espos
a - expuso el hombre, entonces Christopher parece tomar una
lentamente, parpadeando contra la penumbra que envolvía la habitación. El aire estaba dens
nuda. Su corazón dio un vuelco. ¿Por qué no tenía ropa? El pensamiento la golpeó de golpe, empujándola a
fugaces comenzaron a brotar desde el rincón más profundo de su memoria. Unas manos firmes recorriendo su espalda, una voz
con urgencia, la manera en que sus dedos deslizaban la tela que cubría su piel, y la mezcla de temor y deseo que la había
taba ahí, durmiendo profundamente a su lado. Su pecho subía y bajaba de manera rítmic
también algo más que no podía nombrar, algo que palpitaba en lo más profundo de su ser. Cerró los
Las respuestas estaban ahí, enterradas entre los retazos de recuerdos que aún no
Mientras los primeros rayos de sol comenzaban a filtrarse por las cortinas, decidió que enfrentaría sus emociones cuando llegara el momento