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DOBLE VIDA

Capítulo 3 Alberto Weber

Palabras:2117    |    Actualizado en: 17/02/2025

lina

e, Collins tardaba todo el día en reunirse con sus contactos cuand

pasar una hora más hablando

guientes pedidos, incluido el de maíz dulce, y me fui. Específicamente, aceleré mi reunión con

ro todavía era juvenil e irresponsable, siempre hablaba de quedarse

era vida propia y trabajara duro por lo que quería y no viviera al límite. No necesitaba u

n que sólo estaba poniendo excusas porque tenía miedo de la verdadera intimidad. Grace

una completa extraña. Todos en la ciudad siempre se m

Grace no saldría del trabajo hasta dentro de una hora o más.

he hablando de nuestras vidas, pero como no tenía nada picante que compartir, se limi

eferiblemente haciendo algo que no me agotara. Pen

n mensaje de texto a Al

ta ciudad, haciendo prácticas en el bufete de abogados de Alberto. Él e

za. La mirada de disgusto que puso cuando le dije que había decidido que la le

iquiera me consultó. Si lo hubiera hecho, le habría dicho a William que el derecho de famil

o, incluso después del divorcio de mis padres, mi madre me

padre sustituto perfecto, aunque

bien, principalment

en que caminaba por la oficina dando órdenes dejaba claro que e

a de la gente, se tomó el tiempo para conocerme. Me invitó a

nerviosa. Todo en él, desde sus brillantes zapatos Oxf

hizo relajarme. Pensé que era la forma en que me miraba a lo

ncertar una reunión con un abogado ambiental que conocía y también me llevó a algu

por Nueva York sin ver lo que los museos tenían para ofrecer. Recorrí las galerías y él nunca

al final de la cuadra, solo pa

que alguna vez había pensado en mí. Sólo estaba siendo amable, eso es todo. Había visto a las mujeres con las que salía y todas parecían a

n tacones altos sin ningún problema. Nunca miraría dos veces a alguien como yo, con mis mejillas redondas, mis vestidos babydo

l húmeda. Era un día caluroso y caminaba de un restaurante a otro. Podría haber llamado a un taxi, pero preferí caminar cuando

mi bolso, pero no

texto. Aunque probablemente sería muy confidencial. Me dejó su número de celular, pero nunca más lo us

propiado para la situación. Simplemente habría

ar que dejara todo para tomar un café conmigo. Aún así,

mi teléfono antes de poder escribir

días

u oficina, lo que me hace pensar con cariño en mis prácticas de verano. Me e

ac

ro

un artículo sobre cómo nunca se debe decir Hola o Hola en un correo electrónico profesional. No es que Alberto We

utilizar la fras

a. Tenía que dejar de actuar como una colegiala enamorada del chico más lindo del

o que estaba en la corte, pero luego se aseguraría de preguntarme cómo estaba y prob

illa y arrastré

a página cuando

era un correo electrónico de Alberto. Una s

bo de salir de una

obación e hice

estara a Alberto, pues era el tipo de per

e le debía algo a Will

una caminata de diez minutos, pero bien podría haber venido de otro lugar. Estaba a pun

illiam nunca lo habría sa

ía nada, pero probablemente por eso estaba tan enamorada. Alberto era

salí con un chico... Me gustaba y era agradable. É

perder la cabeza por él. Nos besamos un poco, pero nunca

na personalidad alegre, bulliciosa y era la vida de todos. Todo lo que no era yo. Nos divertimos hasta que se le ocurrió que no estaba bromeando acerc

es, todavía no

y esa fue mi últ

una granja; Después de

falta de esfuerzo de mi parte. Me dijo en la universidad que no confiaba en

tenía

que realmente tenía la oportunidad de salir. En cambio, desperdicié toda mi

, a mi edad, soñar con la maternidad no estaba precisamente de moda. La mayoría de mis amigos de la universidad tenían l

rse en casa y hacer trabajos de bricolaje en lugar de ir al club. No creía que los niños fueran una carga pesada. En cambio, pensé

o tuviera un so

aba preparado para el largo plazo. Ya había visto lo difícil que fue para mi madre después de que

n la que pudiera contar. Probablemente habría ac

as peor

en ese mar de gente de aspecto ansioso. Siempre parecía flotar unos centímetr

uería mirar hacia la puerta.

la ventana, se dirigía hacia la puerta con un traje impecable

ó en la cafetería y me mi

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