AMOR CON ODIO
Punto d
pensé mientras me sonreía a mí misma. Aparté el delineador y me pasé los dedos por mis gruesos y grand
osa tener una cita a través de una aplicación de citas y, para ser sincera, no estaba muy segura de por qué me había apuntado. No era el tipo de mujer que pensaba que necesitaba un hombre para completar su vida. Pero ahora que mi h
tacto. Al menos, eso era lo que decían los chismes. A su otro hermano, Carter, no pude conocerlo bien, pero parecía demasiado estirado para mí, así que estaba descartado. Noé podría ser interesante. Era el niño salvaje, la oveja
o tiempo que no me tocaba un hombre, y aún más tiempo que no me tocaba uno que realmente supiera lo que estaba haciendo. Ste
esaltaba mis activos sin mostrar demasiada piel, el maquillaje de ojos de gata y mi
o mi teléfono sonó con el tono de mi herma
La voz de Katy llegó desd
mi rutina de preparaci
te que hay una vacante en el departamento de marketing de
a mayor podía ser como mi madre, siempre tr
ión del espíritu libre. Ponerme en un entorno de oficina sería
ista principal en el que tendrías mucha l
Ahora que Katy se había mudado y vivía con su marido, no podía pagar el alquiler de nuestro apartamento, y no me había animado a buscar una nueva compañera de piso. Eso significaba que Ronny pagaba la parte del alquiler que yo no podía pagar. Por mucho que apreciara a
nsaré
esfuerzo. Además, sería algo que podría poner en mi cartera de trabajo, por lo que podría ser beneficioso en el futuro. Como mínimo, podría solicitarlo. Es muy posible que no consiga el trabajo. Aunque muchas empresas necesitaban gente con dotes
ora ve a divertirte con tu marido para que yo p
to h
pre, él ya estaba allí. Sonrió de esa manera tan sexy que tenía y
desnuda hoy? -me preguntó después de da
de desinteré
desnudo, has visto todo -dije, bromeando
o cr
al. «Tal vez esta noche sea la noche en la que lo descubr
hombros con i
o a las partes del cuer
o -pareció est
mbre es una indicación del tamaño de su...
a palma tenía un tamaño decente, sus dedos parecían cortos y rechonchos. Me pregunt
l menú para encontrar algo que pedir. Mientras lo hacía, el teléfo
jó el teléfono sobre
dad podía contarme todo tipo de historias disparatadas sobre el modo en el que los ricos ga
una variedad de temas que me hicieron sentir aún más ganas de ver hacia dónde
o y el maquillaje y me eché más perfume. Me bajé un poco más el corpiño del vestido para que, t
l por detrás y me incliné con la intención de susurrarle al oído cosas dulces, o tal vez sexys. Mis ojos miraron la pantalla de su tel
ndo, Stephen. decía e
tó él mientras sacaba una foto
ajo sobre la mesa-. En serio, ¿estás enviando mensajes de texto a otra persona mientr
ba más que yo hiciera una escena y lo avergonzara que el hecho de
amos divirtie
ba, su mirada se desvió hacia la insinuac
vertí sobre su regazo, esperando que se le encogiera el bulto. Sin poder resistirme, le dije-: Tus dedos son c
erado de que me engañaba antes de caer en la trampa. Era un recordatorio de que un amor como el de mi hermana y Ronny era una anomalía. Más de la mitad de los matrimonios fracasaban y, p
asual, pero nada serio. Necesitaba centrarme en mi trabajo, en mi carrera.