Vidas Compradas
congestionada al otro lado del teléfono-. Me si
sobre mi ensayo final, y luego el reloj. Si
ena. Apenas sé hacer p
paré. Por favor, Val. Es Alexander Wolfe. No to
industria en menos de una década. A sus treinta y dos años, es un hombre de negocios temid
haré -suspiro
-tose-. Te de
o cambiará mi vida por
-
abren a un vestíbulo impecable, donde el mármol negro y las paredes de vidrio reflejan la luz artificial con una elegancia calculada. Homb
una mujer de expresión impasible me o
cita con el
breve y me indica que tome el
o. No debería estar nerviosa. Es solo una entrevista
en un pasillo silencioso. Una asistente de rostro seri
señor Wolfe la
preguntas que Elena escribió en la libr
Morgan,
una vista panorámica de la ciudad. Un hombre está de espaldas
r Wol
y mi mundo
, con un porte dominante y una elegancia contenida. Su cabello oscuro está perfectamente peinado, y su rostro
alrededor de la libret
s grave, precisa, sin un a
drio. Su oficina es minimalista, impersonal. Nada en ella parece fuera de lug
-digo, aclarando mi garganta
eclina en su silla y entrel
ojeo la libreta, buscan
en la última década. ¿Cuál considera que
ncio unos segundos
os problemas ant
Su respuesta es breve, concisa, como
esión de dirigir un
. Si controlas todas la
el se estremece. Me siento expuesta, como si pudiera ver m
igo con las preguntas. Él responde con la m
interesaba el mundo empre
estos, mi familia adoptiva no se merecía eso después de darme un hogar, asi que lo hice por los
ado?-pregunt
lo sabe, pero al
seguí con m
, cierro mi libreta con las
su tiempo,
cia la puerta con más
esencia. Tropiezo con la alfombra y, antes de
ujetan por los brazos
cuidado
ujeta mis brazos con fuerza, su contacto es c
ntran de cerca. Sus ojos grises parecen atrap
sien
e pre
pulgar se mueve apenas sobre mi muñ
nto, señor
n la que lo dice me deja un es
se no será nuestro