Amor secreto del CEO
ho más evidente. Sus ojos, siempre fríos y calculadores, ahora parecían observarlo todo con una atención aún más aguda. Yo lo notaba en los pequeños detall
ñara a una reunión fuera de la ciudad. "Será algo rápido", había dicho, y aunque no
chofer, un hombre alto y de expresión seria, nos abrió la puerta con precisión casi milit
amplios campos verdes y carreteras solitarias. Ethan, sentado a mi lado, revisaba documentos en su tableta. Aunque parecí
guntó de repente, ro
las manos para fo
ver a su tableta. Era extraño cómo esos pequeños gesto
s y seguridad visible, supe que esto no era solo una reunión de negocios. Ethan int
fijas en Ethan cuando entró. Yo me mantuve a su lado, observando en silencio mientras él tomaba el control
apenas tuve que intervenir para traducir un par de frases. La mayor parte del t
o con una mano firme en mi espalda. Sus palabras fueron escue
mon
era cómodo, casi relajado, y yo me permití cerrar los ojos por un
uvo de golpe. Abrí los ojos, confundida, y vi que Ethan ya estab
ó, su voz firme, dir
ombres enmascarados nos apuntaron con armas. Mi corazón comenzó a latir con fuerza
! -ordenó uno de los ho
, mientras salía primero. Me señaló con la cabeza qu
uerza. Intenté resistirme, pero él me apretó aún más, obligándome a cami
resonando con una autoridad que pa
rdenes, Sinclair -respondió el
pero él apenas movió la cabeza en un gesto casi impe
staba pasando, la puerta se cerró con un golpe. Desde la ventana, vi cómo dos
o podía permitirme entrar en pánico. Mis manos se movieron instintivamente
ón tenía esto con Ethan? Las preguntas se acumulaban en mi mente mientras miraba por la ventana, tr
n certeza era que nad
t
se la llevaron, el mundo pareció detenerse. Mi mente, entrenada para controlar cualquie
n subido, mi teléfono sonó. La vibración en mi mano me pareció
olté, con la man
enó la línea antes de que una voz modulada
r... ¿Por qu
n el teléfo
y por qué te lle
la línea fue lenta, burlona. Un
gracioso... No es tu esposa, Ethan. Nunca lo ha sido. Pero
os se c
s daño, te
... ¿Realmente te preocupa ella o solo te importa lo que su desapa
lvió denso en
monios está
nea suspiró, como si se divi
odo lo que has construido es una mentira. Y t
za. Mi mandíbula se tensó al punto de dolerm
e esto -murmuré co
ea se
ado. Mi pecho subía y bajaba con furia contenida. Lí
ron en la habitac
neta abandonada en un callej
da se o
cando. No se deteng
portaba qué secretos querían sacar a la luz. Lía era