Amor secreto del CEO
ó temprano cada mañana, cuando un chofer me llevaba a la escuela privada donde trabajaba enseñando lenguaje de señas. Ethan había insistido
os pequeños y llenos de ruido. Mi habitación estaba en un ala completamente separada de la casa, lejos de l
leados mantenían la distancia y parecían haber sido instruidos para no hablar conmigo más allá de lo estrictamente necesario. No me molestaba; de
a la mayor parte del tiempo en su oficina o atendiendo llamadas interminables. Nuestros encuentr
ales para mis clases, alguien tocó a mi
reguntó, aunque y
sde que nos habíamos casado. Observó la habitación con atención, sus ojos recorriendo los detalles: los lib
quí? -pregunt
anos para formar la fr
etar mis señas. Aunque había mencionado en alguna ocasión que quería
un evento el próximo fin
igada. Moví las manos
ecesito a alguien que actúe como mi traductora. Habrá un cliente extranjer
me pedía algo directamente, y la forma en que lo hizo
doptó esa expresión neutral qu
pero antes de cruzar
cias
ro me dejó pensando muc
-
s, no podía evitar pensar en el evento. Era la primera vez que Ethan me incluía en
la ciudad, con salones repletos de personas elegantes que conversaban entre risas y copas de vino. Al entrar, me encon
e hacia una mesa donde esperaba un hombre
las siguientes horas, me dediqué a interpretar la conversación, transmitiendo las palabras de Ethan al
n momento, inclinándose hacia mí mientr
e asentí. No estaba acostumbrada a
minó, Ethan me acomp
oy -dijo mientras esperába
manos:
punto de decir algo más, pero se detuvo. Fina
-
eció, y aunque nuestras vidas seguían siendo separadas, empezaron a surgir p
han entró al salón principal, donde estaba trabajando. Se s
ía? -preguntó, rom
formé una respuesta:
dió con un suspiro-. Pero meno
las veces yo me comunicaba con gestos y él interpretaba como podía. Poco a poco, comenzó a mostrar inte
encios entre nosotros. Aunque el matrimonio seguía siendo una facha
a. Pero por ahora, prefería no pensar en ello y simplemente disfrutar de l